De vacaciones
Por Tania Hernández
- Tan chuuula que se ve con el bikini y enseñando tooodos los michelines – el tono sarcástico alargaba las vocales – Ridícula. Eso es lo que es. Una ri-dí-cula. La verdad es que no sé cómo gente así se atreve a salir a la calle –.
Frente al espejo, Sonia lamentó no haber dejado en casa a su saboteador interno. Ni modo, ahora ya ambos estaban aquí. Así que decidió simplemente desoírlo, como lo haría más tarde con otras voces que flotaban, susurrantes, a sus espaldas. Se puso sus flip-flops y salió de su cuarto de hotel, con la toalla en la mano y el vientre cubierto solo por el viento salino de mar, que desde ya comenzaba a acariciarla.
¡¡hola Tania!!, que bueno que te animaste a publicar. Gracias por tu relato. Que grabadito tenemos ser/tener que ser lindas, bellas, hermosas... Hay que cuidarse, pero dejar de disfrutar por no ser curvilíneamente perfectas, ya nos vale.
ResponderEliminarYa tenemos derecho...=)
ResponderEliminarChicas, gracias por los comentarios. Realmente lo escribí a la carrera. No estoy en mi mejor momento. Pero espero que el cuento libre vaya mejor. Un abrazo.
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