variopinto

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El Portal


El portal
por: Marilinda Guerrero

La niña se maquilló para su próximo cliente.  Retocó el rímel en las pestañas, aplicó de nuevo pintalabios y rubor en sus mejillas. Se veía guapa, a pesar de las marcas evidentes de soledad y tristeza en su rostro. Esa noche debía atender a un hombre refinado que decía buscar sexo ardiente sin compromisos.  Llegó al sitio asignado, bajó del carro. El agente de seguridad del hotel hizo una mueca de disgusto al verla entrar. Ella lo saludó con una sonrisa tímida, intentando mantener el equilibrio con los tacones de aguja que utilizaba. Ya sabía cual era la habitación, el nombre de su cliente y la tarifa asignada. Sabía que si se portaba bien le pagarían más. Tocó la puerta e ingresó al cuarto donde se encontraba un hombre maduro en bata, recostado sobre la cama viendo la televisión. Le señaló el sitio donde estaba el baño.  Cuando iba a entrar, se topó con un objeto. Bajó la vista y observó la fotografía de un niño de aproximadamente su misma edad. Llevaba puesto su traje de colegio. La hizo recordar su escuela y  cómo le gustaba ir. Era buena para las matemáticas, había sido la mejor en idioma español. Mientras orinaba, las imágenes del piso de tierra y el patio del recreo donde jugaba tenta con sus amigas se mostró frente a sus ojos. Sonaban las gotas de orina en la taza del inodoro.  Extrañada, estiró la mano. Pudo atravesar la pared. Se subió el pequeño calzón, armó de valor y entró al portal. Los niños de la escuela la voltearon a ver. Era una niña extraña,  vestida y maquillada como adulta. Volteó a ver  atrás y vió que el portal seguía abierto. Tenía miedo que fuera solamente un sueño. Estaba cansada de estar sola, no quería saber más del sexo, del pene, de los hombres, de sus sueños rotos y las rasgaduras constantes en su vagina. Un niño corrió a llamar a una maestra. Escuchó la voz de su cliente llamándola para hacer el trabajo. Iba a atravesar el portal de nuevo, cuando la mano de la catedrática  la jaló hacia el salón. Una vez dentro, le dio un beso en la mejilla y peinó su pelo. Le quitó el maquillaje y dio un nuevo uniforme a ella. Volteó a ver al portal y se había cerrado. 

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