Ríos que van al
mar
(Por Tania Hernández)
Ella era
río. Él la quería lago, laguna, charco. Limitó sus pasos. Limitó su risa. La
represó. No habrían más amistades, ni familia, ni vecindad, le dijo. Toda su
energía, toda su adoración, debía ser para él. Pero hay voluntades que no se
doman, fuerzas que no se aplacan, y, un día, un día que su tristeza llovió y
llovió a mares, su deseo de libertad subió el nivel de su fortaleza y, en un
solo instante, su decisión comenzó a inundarlo todo, a abarcarlo todo, la cocina,
la sala, la cama... en especial la cama. Las sábanas quedaron en tiras, la
cocina inservible, los platos rotos. Cuando él volvió del trabajo no quedaba
mucho más que pedazos de desolación con olor a sal y un pequeño caracol en el
que se oían las olas violentas de un mar en retirada.
Me encantó, que intenso
ResponderEliminarGUAU!! No se si se puede catalogar de microrelato, pq hay tanta explosión en tan pocas líneas... y se hizo la revolución. Y tras ella yo concibo un comienzo sin ataduras... tus relatos son cuadros de libertades reclamadas, luchadas, conquistadas. Saludos Tania!!
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