A ella, la que me estremece
(Por Julio Valdez)
Desde hace días se produjo en mi un aviso, algo que lleno mis sentidos, me senti estremecido pensando que ese era el aviso que mi ser daba para verla a ella, a ella nuevamente, ya hacia tiempo que deje de verla y me jure a mi mismo que de volverla a ver seria de otra manera porque la ultima había sido muy dolorosa.
Pero ese aviso que había invadido mi ser era el aviso innegable que la necesitaba, sus manos y sus sentidos fijados en mi en un encuentro lleno de sentimientos encontrados.
Se llego el día, mi estómago da vueltas y la quijada me tiembla, siento que no podre hablarle claro, mejor me siento y alargo mi brazo para leer la revista que esta en la mesita de centro, esta ya le he visto antes.
A través del vidrio la veo pasar en su caminar pausado, y nuestras miradas se entrecruzan, de mis labios temblorosos surge un buenos días, saludo que ella responde amablemente, ha entrado y me invita a sentarme de nuevo, ya regreso dice, solo espero que no sea tan caro como la ultima vez, y es que a pesar de que creo que la pasamos ameno me cobra, dependiendo de la ocasión claro, algunas veces lleva más técnica y estando acostado veo y siento que se esmera, la última vez me dejo sin respiración como por cinco minutos.
Mis piernas son ahora las que siguen el movimiento de mi abdomen, era ella la que lo provocaba, estaba seguro.
Sale a la puerta de nuevo y me invita a pasar, se que al llegar ahí no habrá marcha atrás, ni bien me acueste ella me tendrá en sus manos expertas, por completo. ¿Cuántas veces no he estado así con ella? Creo que conforme me pongo más viejo más acudo a sus servicios, aun cuando me gustaría hacérmelo yo mismo no puedo y tengo que acudir a ella.
Paso adelante.... ahí esta esperando, vestida para la ocasión, conozco bien su vestimenta déjenme contarles, la primera vez que la vi, en otras condiciones, me despertó tranquilidad, pero ahora no deja de aumentar mi ansiedad, hubiera no querido verla, pero la necesidad se llega acompañada de dolor…
Si hombre… el dolor de esta muela mierda fracturada no me dejo otra opción que ver a la odontóloga, y estoy medio pendejo por la anestesia y el jugar con estas palabras me ayudan a divagar.
Pero ese aviso que había invadido mi ser era el aviso innegable que la necesitaba, sus manos y sus sentidos fijados en mi en un encuentro lleno de sentimientos encontrados.
Se llego el día, mi estómago da vueltas y la quijada me tiembla, siento que no podre hablarle claro, mejor me siento y alargo mi brazo para leer la revista que esta en la mesita de centro, esta ya le he visto antes.
A través del vidrio la veo pasar en su caminar pausado, y nuestras miradas se entrecruzan, de mis labios temblorosos surge un buenos días, saludo que ella responde amablemente, ha entrado y me invita a sentarme de nuevo, ya regreso dice, solo espero que no sea tan caro como la ultima vez, y es que a pesar de que creo que la pasamos ameno me cobra, dependiendo de la ocasión claro, algunas veces lleva más técnica y estando acostado veo y siento que se esmera, la última vez me dejo sin respiración como por cinco minutos.
Mis piernas son ahora las que siguen el movimiento de mi abdomen, era ella la que lo provocaba, estaba seguro.
Sale a la puerta de nuevo y me invita a pasar, se que al llegar ahí no habrá marcha atrás, ni bien me acueste ella me tendrá en sus manos expertas, por completo. ¿Cuántas veces no he estado así con ella? Creo que conforme me pongo más viejo más acudo a sus servicios, aun cuando me gustaría hacérmelo yo mismo no puedo y tengo que acudir a ella.
Paso adelante.... ahí esta esperando, vestida para la ocasión, conozco bien su vestimenta déjenme contarles, la primera vez que la vi, en otras condiciones, me despertó tranquilidad, pero ahora no deja de aumentar mi ansiedad, hubiera no querido verla, pero la necesidad se llega acompañada de dolor…
Si hombre… el dolor de esta muela mierda fracturada no me dejo otra opción que ver a la odontóloga, y estoy medio pendejo por la anestesia y el jugar con estas palabras me ayudan a divagar.
Bienvenido Julio!
ResponderEliminarAntes que todo, ya te lo recordarán más adelante, te aconsejo que revises la ortografía. Hay también varias frases en las que algunos signos de puntuación ayudarían mucho. Comas, punto y seguido.
Ya sobre el cuento. Se me hizo obvio, a la mitad del cuento, que no hablabas de sexo, probablemente colocando más adjetivos en el inicio probablemente aumentarías la expectativa.
Ojala podamos contar con tu aporte la próxima semana.
Saludos!
Soy de la misma opinión de Manel, revisa la ortografía y tildes. Tal vez si hubieras omitido el detalle de la mesa de centro con revistas y la ropa que usaba. Pero está muy bien, seguí escribiendo.
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