variopinto

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JIRONES DE MI PIEL


Jirones de mi piel
Elena Nuñez
Redonda e inmensa asomaba ya tras la montaña, sentí un escalofrío en mi espalda. Y junto a él comenzó a brotar una leve pelusa en mis brazos, que florecieron cual primavera más exótica, bañados en una capa que se hacía más densa por minutos. Mis encías comenzaron a escocerme como cuando en la infancia los primeros dientes pugnaban por nacer. Sentí lo puntiagudo de los colmillitos salir. Los palpé con la lengua y pinchaban como agujas. Entonces mi visión se hizo aún más definida, más precisa y sobre los tejados comencé a divisar los gatos de la vecina. Al pardo, con hocico chato, siempre le había tenido ganas. Era enorme, como un león en medio de la espesura de los verodes. Notó mi presencia y su lomo se erizó, su cola se elevó y dobló su tamaño. Quieto me observaba desde enfrente y sigilosamente, sin casi pesar sobre las tejas, caminó callado hacia la trasera del tejado, sin perderme de vista. Yo entonces me vi en los cristales de la ventana. Había ocurrido otra vez.
No recuerdo nada más, no sé si me desmayé en ese instante en que me reconocí como hombre lobo. Lo cierto es que a la mañana siguiente, en la almohada percibí tan sólo el olor a hierba cortada desde el patio vecino. Entre mis uñas no había nada, tan solo un olor dulzón. Ni una sola gota de sangre, ni una. Respiré cuando miré por la ventana, enfrente sentado el gato pardo me miraba, tranquilo sin erizarse. Tal vez, me dije, sea un lobo vegetariano. Al levantarme tú me gritaste,
-¡Querido! ¿Pero que tienes en la espalda?, estás todo aruñado. ¿Pero con quien has estado?
No me quiso escuchar siquiera la explicación.
-Sólo faltaba eso, que me tomaras por tonta, ¡un lobo!
Solo entonces fue cuando se miró sus manos, cuando descubrió entre sus uñas, jirones de mi piel. Nos miramos a las pupilas que se hicieron angulosas, y nos reconocimos uno en el otro. Y aunque no había luna llena, y el sol casi asomaba, desde la calle alguien dijo,
-          ¡Jesús!, en esa casa parece que haya lobos.
Auuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuh!!


4 comentarios:

  1. Me escalofrié! Muy bueno Elena! Muy bien escrito y descrito, los síntomas de los dientes y el pelo,buenísimos.

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  2. Muy bueno. Me encantan las historias de hombres lobos ;)
    Lo único, como dijo Olga la última vez, es el título. Pero lo demás como siempre genial.

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  3. GRACIAS CHICAS.
    ME RINDO CON LOS TITULOS.

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  4. Muy bueno! El final impredecible, eso me gustó.

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