Esclavo
Por Juan Miguel Arrivillaga
Vino esa tarde, hacía años que no le veía, tantos que no quise reconocerlo. Pero me acerqué y le hablé:
-Ya te veo que andás oscuro, hermano- reí.
Sí. Es mi gran amigo, hermano de esa primer familia por elección a la que pertenecí, con quien formé mi camino, con quien construí la vida que me sostiene hasta el día de hoy.
Entonces, se me acercó al oído y pidió conseguir crack.
Corto, crudo y letal.
ResponderEliminarGenial capacidad de síntesis. Me encantó.
ResponderEliminarY por cierto, no coincido con anónimo. El otro no me pareció ni largo ni aburrido.
Saludos
Decis tanto en tan poco, eso tiene una buena pluma!
ResponderEliminarMe Encanto.
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