Predator
Por Rodolfo de Matteis
Entonces no había leído El Infierno de Strindberg, el cual dramaturgo sueco en el fin del siglo pasado vivió en París y doquiera una situación similar de manera increíble a mis desaventuras actuales, y que por fin logró reconfortarse y encontrar alivio en la lectura de Swedenborg, cuyos textos yo desconozco. Si entonces hubiera yo ya leído Strindberg, me habrías dado cuenta ciertamente que la historia que él cuenta entre el escepticismo de sus críticos, está íntimamente conectada con la mía y encontrar aquel alivio que se experimenta en el saber que otros antes que nosotros vivieron los mismo dolores, en la esencia más que en las formas, ya que, y esta es la diferencia fundamental, él vivía una persecución, acerca de las causas de la cual hace diferentes hipótesis, concerniendo exclusivamente él mismo y, solo de manera indirecta sus relativos y vecinos, con fenómenos conectados simplemente por una relación de causa/efecto a sus propia acciones; en mi caso al contrario la persecución concierne la humanidad por entero, o por lo menos aquella pequeña parte de ella que yo encontré personalmente en aquellos días oscuros; ahora podría yo pensar que el fenómeno pudiera ser limitado a la mera localidad donde vivía, aún si entonces excluí tal posibilidad, después de haberla evaluada, tanto eran fuertes y poderosos los fenómenos que observaba diariamente.
Pero no transcurre más o menos un siglo como sin nada, y todo evoluciona, como la humanidad así también las que Strindberg llama las Potencias, o mejor dicho su acción, su estrategia y técnicas de ataque. Evidentemente su secular experiencia y la compleja realidad contemporánea tiene que haber enseñado a esas Inteligencias que una intervención solo sobre algunas personalidades particulares no hubiera estado suficiente como antes por sus oscuros propósitos. Entonces esta vez encaramos una acción total, o por lo menos su prueba general, si no queremos pensar que la mente sea tanto alucinada de no entender que no se encuentra todavía en nuestro caro viejo mundo si no quizá en cual plan infernal de existencia acondicionada. Pero reduciendo el espacio mental a disposición de las más negras entre mis paranoias, he recuperado parte de mi optimismo, de mi confianza en los recursos humanos y creo que nos hemos enfrentado un experimento limitado en el tiempo y tal vez aún en el espacio, si podré encontrar las pruebas que el fenómeno tuvo lugar en la sola zona donde yo vivía (de la cual no revelo aquí el nombre por respeto a sus habitantes). En cualquier caso esta postura no es absolutamente reductiva respeto al enorme alcance de los acontecimientos que he atestiguado y que no pueden absolutamente ser casuales o sin una razón. Tomé aún en consideración la posibilidad de una interferencia cósmica casual, como el pasar de una cometa o la llegada sobre la tierra de un paquete de radiaciones de calidad y origen nuevos y absolutamente desconocido, que podrían ser la causa de aquella especie de huracán energético que nos involucró con tanto poder revolucionando nuestras vidas hasta sus orígenes más profundos. Pero esto no es explicación suficiente, cualquiera hubiera conservado en aquellos días una migaja de conciencia puede confirmarlo: había una voluntad en todo lo que pasó, tal vez alienígena, desconocida, diabólica, o extraterrestre, o de un dios que tuvo que actuar tan cruelmente por necesidades inescrutables por nosotros… pero por cierto había una voluntad a guiar aquel experimento, aquella horrible revolución de nuestra existencias y de nuestras relaciones interpersonales y de nuestro difícil equilibrio con la naturaleza; y si hubo una voluntad, como hubo, y, como creo, no fue derrotada por nosotros o por fuerzas amistosas con nosotros, si no que decidió concluida su prueba general, o suspendió por el momento su intervención para observar sus horribles frutos, para evaluar la nuevas relaciones de fuerza que se lograron crear (ya que, aún si hubiera querido ilusionarme, no es absolutamente posible que todo regresó a la situación anterior) para mejor atacar la próxima vez.
La conclusión de un plan secular para esclavizar la humanidad, para privar la raza humana de sus prerrogativas históricas y espirituales y transformarla… ¿en cosa? ¿un jardín de juegos para los cachorros de monstruos que estas Potencias generan? ¿una gigantescas mina en el aire libre para extraer energía vital, o quien sabe cual otro material del cual somos de hecho inconcientes dueños o custodios? Pero no vale la pena de masturbar nuestro intelectos para encontrar respuesta a lo de que todavía no sabemos formular pregunta, y sobre todo no tenemos el tiempo, ya que la próxima vez, sea mañana o en cien años, será siempre demasiado temprano. Está siempre demasiado poco el tiempo para prepararnos a enfrentar un enemigo ignoto con fines y medios desconocidos, que hasta la fecha nos golpeó donde y como quiso, siempre ganando, y siempre envuelto en el silencio y en el misterio.
¿Desde cuantos siglos se pudrieron en los calabozos o murieron en el patíbulo o madreados de golpes y drogas en los manicomios aquellos que osaron lanzar un grito de alarma, aquellos que intentaron advertir a sus símiles del enorme peligro que nos espera? ¿y entre las poquitas personas que pudieron escuchar estos mensajes desesperados cuantos les creyeron? ¿y en fin entre estos, cuantos eligieron de ponerse parte del más fuerte y actuaron por su cuenta en la tierra con el fin de rendir el hombre esclavo para siempre en cambio de la falsa promesa de ser después o ahora un dominador y no parte del ganado?
Por cierto puedo decir que yo vi, que Strindberg vio, y que según él Swedenborg había visto, y así sin menos otros también vieron, quien más quien menos, tal vez nadie entendió de que se tratara o había tenido las herramientas para entenderlo.
Pero cuando el hombre todavía no sabía que era una tormenta o un terremoto y cuales sus causas naturales, si no que atribuyera estos fenómenos a la terrible cólera de dioses desconocidos y a veces tremendamente crueles e inhumanos… ¿no lanzaba igualmente su grito de alarma el centinela cuando veía acercarse el huracán y no ordenaba el capitán de doblar las velas? ¿O los pastores no construían sus pobres cabañas fuera del recorrido de los aludes primaverales aún si los atribuían a las acciones de monstruos invisibles? Y cuando el monte hablaba con voz de trueno y eructaba su vomito de fuego para punir las gentes de sus pecados en contra de dios y de sus hermanos… ¿no intentaban igualmente la huida también los que se sabían culpables? ¿No fue siempre reconocido al condenado el derecho a intentar la huida? Y entonces, ahora y siempre, lanzo el alarma, toco las campanas de la torre más alta, e invito a la resistencia ya que hoy en día la huida es imposible simplemente porque no hay lugar donde huir del atroz destino que alguien nos va preparando ya que el sartén donde nos van a freír será nuestra Madre Tierra y las brazas serán los rayos de nuestro Padre Sol y Hermana Luna, y no hay vía de salvación: ¡ganar o morir! ya que ser derrotados sería algo peor que la muerte, porque aquél o aquellos que nos quieren dominar pensaran bien de bloquear aún esta vía extrema de huida, ya que no es menos absurdas de las otras la hipótesis que ellos vengan justamente de ahí, de los oscuros rincones del Infierno, del cual podrían ser los amos o los amotinados ganadores.
Bienvenido Rodolfo, se le extrañaba! Muy bueno, es de los que lo hacen a uno pensar y pensar, se agradece.
ResponderEliminarMe costó bastante seguir luego del segundo párrafo, es una lectura bastante densa, de esas que hay que tomarse el tiempo y el real interés para leerlo, luego de terminarlo no te arrepientes pero creo que habría que hacerlo más atractivo al principio, de más fácil lectura para lograr enganchar a que sigan leyendo.
ResponderEliminarSaludos!
Rodolfo, me alegra mucho que hayas vuelto. El tema es interesante. Coincido con Manu en que puedes pulir un poco la redacción, ya que se complica la lectura. No digo que simplifiques el tema, sino la gramática. Por ejemplo en lugar de "Entonces no había leído El Infierno de Strindberg, el cual dramaturgo sueco en el fin del siglo pasado vivió en París"
ResponderEliminarpodrías poner:
"Entonces aún no había leído 'El Infierno' de Strindberg, dramaturgo sueco que vivió a fines del siglo pasado en París."
Pero sí, interesante.
gracias ixmu
ResponderEliminarde hecho esto pasa cuando pienso en italiano, o sea si escribo en italiano y después lo traduzco ... como en este caso...
pero de hecho a bien ver yo no quiero decir que él
ResponderEliminarvivió en Paris.
sino que
"vivió en París y doquiera una situación similar de manera increíble a mis desaventuras actuales"
y me equivoqué hasta col siglo... son dos siglos ¡uhu! a fines del 800...
en cualquier caso sì, un diferente idioma es un diferente modo de pensar...
de hecho las diferencias culturales son las únicas... las diferencias geneticas entre humanos casi no existen de todo, a pesar de las aparencias...
pero lo bueno es que ahora, con el internet, y la comunicación inmediata por medio del éter (el elemento del sexto sol o era del acuario) con todo el mundo estas diferencias van a ser riquezas y no malentendidos...