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Calor de Hogar

Calor de Hogar
(Por Olga Contreras)

Nunca había sentido tanto calor en la casita. Tan sofocante que sentía que no podía respirar. La misma sensación de estar metida en un temazcal. Cómo le gustaba a él el temazcal, se podía meter horas ahí, yo no aguantaba ni diez minutos- dejó que su mente divagara para olvidarse del calor que la rodeaba, que irónicamente no lograba encender su alma marchita, fría, mancillada.

Su mirada se dirigió a lo que un día fue la habitación –que no era más que una destartalada cama en una esquina- ahora pintarrajeada a la brava (o a la histérica más bien) del color de sus ojos, de cada una de las tonalidades y brillos que tomaban según la hora del día: al despertar, cuando estaba afuera en el sol, cuando entraba la noche y el matiz le cambiaba drásticamente su mirada; como la mirada viva, acelerada, urgente que tenía cuando la amaba a rabiar. Una sombra de lo que quiso ser una sonrisa apareció en la comisura de su boca al recordar que siempre le pedía no cerrés los ojos mi amor, quiero verte. Y él siempre la complacía, aunque sabía que le costaba mucho irse con los ojos abiertos.

Le daba cargo de consciencia tantos platos sucios en el lavatrastos. Él nunca entendió esa obsesión suya por mantener la casita impecable. Total mujer, nunca viene nadie, cual es la jodedera con estar lavando trastes y barriendo el polvo que vuelve a entrarse a los diez minutos. Dejá que se entre el polvo, las gallinas y los chuchos, lo que quieren todos es verte andar así, media desnuda por la casa. Ella sólo se reía y seguía limpiando constantemente su casita, lo que más amaba en este mundo, porque ése era su mundo, un mundo donde ellos ponían las reglas y las quebraban si querían; donde nadie les hacía daño ni ellos le hacían daño a nadie.

Ay, ya nunca llamé a don Micho para que arreglara el flote del inodoro. Ni modo, que se quede así. La ventanita del baño dejaba entrar un chorro de luz por las mañanas, hasta parecía que iba a reventar de tanto reflejo que dejaba pasar; reflejos que iluminaban su cuerpo joven, de piel dorada. Uno de sus placeres gratuitos era verlo –él nunca lo supo- a través de un hoyo en la cortina, y cuando se fijaba bien podía ver como la espuma del jabón se gozaba lamiendo como miles de lengüitas esa piel tan suave. Desde la primera vez que estuvo con él, le impresionó la lisura de su piel, como si se echara crema a diario, pero no, era algo natural en él.

Lágrimas gruesas caían por su cara, pero era tal el calor que no llegaban vivas a su boca. Fragmentos breves, agolpados, desordenados, iban resumiendo historias frente a sus ojos: aquel encuentro inesperado, los hijos que nunca llegaron –Sebastián si era varón y Miranda si era niña-, el anhelado empleo en la fábrica esa; el estruendo que silenció su vida mientras ella le preparaba el almuerzo. El fuego se lo llevó consumiéndola a ella en vida. Desde ese día quiso que las mismas llamas abrasadoras les dieran a los dos el mismo destino. Las flamas comenzaban ya a hacer su efecto, extinguiendo su dolor, llevándola a él. Sí funcionó, ya podía ver sus ojos a lo lejos.

5 comentarios:

  1. ¡Chilerísimo, felicitaciones! Me hiciste ir al diccionario a cerciorarme, porque estaba seguro que se escribía "conciencia", pero ambas son correctas, resultó. Al igual que uno del año pasado, creo que de Lester, me recordó al final de Como Agua para Chocolate de la Esquivel, que es un libro precioso y subvalorado a lo más...

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  2. Fijate que estuve oyendo una canción de Pablo Milanés (habla de Amanda y Manuel) y siempre me hace pensar en ese amor malogrado. Si hablás de consciencia en el puro sentido psicológico la podés escribir con 'sc'.

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  3. Te recuerdo amanda es un clásico revolucionario de Victor Jara, no de Milanés y refleja el momento del estallido de una bomba en una fábrica, solo por cultura general

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  4. No entendí muy bien por qué ella lo quería tanto, pero bueno, cada uno es cada uno. Pero sí me gustó mucho la forma en que mezclaste los conceptos "calor de hogar", temazcal y llamas suicidas. Muy bien.

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  5. Es que yo oí la versión de Presuntos Implicados (no sé porque se me metió que era Milanés) y siempre me impresionó la frase "la vida es eterna en 5 minutos". Gracias por los comentarios. Ixmu, y el tuyo???

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