Las penas con pan son buenas
por Tania Hernández
A Don José de la Riva y Vidaure le gusta catar penas ajenas. Tiene algo de tranquilizador. Las ve, las compara con las suyas que, en comparación, son chiquititas, las unta sobre un pan, se las lleva a la boca, las saborea, las mastica y luego las tira. Desde muy pequeño aprendió que si se mordisquean, o peor aún, si se las traga, emanan una sustancia extraña que hacen que después se suela pasar varios días con mal sabor de boca y unas ganas extrañas de llorar.
NO SE ACEPTAN DEVOLUCIONES
NO SE ACEPTAN
DEVOLUCIONES
Olga Contreras
-Disculpe...quiero
devolver un sueño.
- ¿La razón?,
preguntó sin siquiera quitar la mirada de la maraña de papeles apilados en su
escritorio
- Me lo destrozaron
-¿Se lo destrozó
alguien más o usted lo arruinó? -su tono indiferente y burócrata me hizo querer
agarrarlo del cogote ahí mismo.
- ¡NO! primero me lo
arrancaron, luego lo mancillaron, lo descuartizaron y no quedó nada más que
nostalgia por lo que nunca fue.
- Ajá- me dijo
mientras tomaba nota de mi dolor en una vieja máquina de escribir. Entonces,
¿quiere poner una denuncia en contra de alguien en particular o simplemente
denunciar el hecho para que quede constancia en su récord?
- No, ya le dije que
quiero devolverlo, completito, con todos sus accesorios y partes.
- Mire –se bajó los
lentes como para verme mejor- no sé si
usted sabe o no, bueno…obviamente no,
pero los sueños no tienen devolución.
- ¿Cómo que no?
¿Desde cuándo?
- Desde siempre,
desde que se crearon los sueños, no se pueden devolver. Los sueños están hechos
de un material que no se deshace, de hecho son inquebrantables como el
Universo.
-¿Y entonces qué
hago? Mi corazón clama justicia, mi alma está fragmentada y usted sentadote ahí
me dice tan tranquilo que no se puede devolver.
-No se aceptan
devoluciones, pero sí le puedo dar un cambio.
-¿un cambio de
sueño? ¿Y cómo puedo cambiar un sueño por otro?
-Es lo más fácil del
mundo. Sonrió con serenidad. Al sellar mi expediente, el eco se oyó por toda la
oficina. Una inmensa paz me abrazó mientras lo oí gritar ¿Quién sigue?
Del Dulce Escondido
Del Dulce Escondido
por Carolina Pineda
en el jardín de la pobreza
día oscuro y eterno
caín y abel juegan a encontrar el dulce de la vida eterna que dios escondió entre las ramas de un árbol seco.
tras una larga jornada de búsqueda, caín lo encuentra y justo en el momento de saborearlo antes de meterlo a su boca, abel le corta el cuello con una rama seca y puntiaguda.
el dulce cae al suelo
abel lo recoge
rápidamente lo mete a su boca, pero como le pareció insípido lo aderezó con unas gotas de sangre que brotaban del cuello de caín.
por Carolina Pineda
en el jardín de la pobreza
día oscuro y eterno
caín y abel juegan a encontrar el dulce de la vida eterna que dios escondió entre las ramas de un árbol seco.
tras una larga jornada de búsqueda, caín lo encuentra y justo en el momento de saborearlo antes de meterlo a su boca, abel le corta el cuello con una rama seca y puntiaguda.
el dulce cae al suelo
abel lo recoge
rápidamente lo mete a su boca, pero como le pareció insípido lo aderezó con unas gotas de sangre que brotaban del cuello de caín.
sentiste miedo...
Sentiste Miedo
por Patricia Cortez.
Ella se sentó a llorar, era la primera vez que la veía tan delicada y fragil, casi pude olvidar que medía un metro con ochenta y pesaba cerca de doscientas libras, era una amazona, enorme, musculosa, y yo me sentía un poco inferior al verla trotar por la calle, no se veía gorda a pesar del peso, era toda una estatua esculpida a puro ejercicio.
Verla sentada a la orilla del camino llorando no era agradable, o sea, ¿como te apoyas en el regazo a una mujer de ese tamaño? ¿cómo le ofreces un pañuelo rosa? ¿cómo levantas su rostro hacia el tuyo y la besas en los labios...?
Pero se veía pequeña y frágil, sus hombros se movían en espasmos a medida que sacaba aquel llanto aprisionado, sus manos se crispaban y yo no sabía que hacer.
Me sentía mas pequeño que de costumbre al lado de ella, bueno, mi baja estatura siempre me complicó la vida, pero allí, al lado de ella de pronto me sentí gigante y me agaché a besarla sentada en la banqueta, casi en la oscuridad.
Un rato más tarde se levantó con una sonrisa extraña y caminamos por la calle hacia su casa, había que cruzar un sendero oscuro, atrás de unas casas viejas por en medio del cafetal de la antigua hacienda, una de las cosas que me encantan de esta ciudad es eso, su falsa ruralidad, un día, desde un edificio, visualicé un sembradío de plátanos en medio de dos edificios enormes.
nos metimos por el sendero y la tomé de la mano, me lleva una cabeza y por un fugáz momento me sentí como su hijo y no como su probable pareja, ella sonrió y me miró con ternura.
En la puerta de su casa, metida entre el cafetal, quise volver a besarla, pero parecía que la magia ya se había desvanecido, vi hacia el suelo y me asustó el tamaño de sus zapatos, pensé que no podía tomarla de la cintura y volver a besarla, así que me empiné para darle un leve beso en la mejilla y regresé por el sendero hacia mi casa.
Unos metros más adelante me agaché y recogí un pedazo de algo muy blanco, instintivamente me lo llevé a la bolsa y me fuí.
Al día siguiente seguía con el objeto en la bolsa, lo puse sobre la mesa en la universidad cuando llegó Miguel, con sus habituales prisas de estudiante de medicina "¡púchica vos! ¿de donde sacaste eso?", le respondí que lo había encontrado tirado en un camino, "¿en serio? sería de investigar bien vos, es uno de los huesos pequeños de la mano, si no me equivoco es un escafoides y es definitivamente humano, ha de ser una fosa clandestina".
Un frío extraño me recorrió toda la espalda, Entonces recordé por qué lloraba ella y me alegré de no haberme quedado a cenar...
por Patricia Cortez.
Ella se sentó a llorar, era la primera vez que la veía tan delicada y fragil, casi pude olvidar que medía un metro con ochenta y pesaba cerca de doscientas libras, era una amazona, enorme, musculosa, y yo me sentía un poco inferior al verla trotar por la calle, no se veía gorda a pesar del peso, era toda una estatua esculpida a puro ejercicio.
Verla sentada a la orilla del camino llorando no era agradable, o sea, ¿como te apoyas en el regazo a una mujer de ese tamaño? ¿cómo le ofreces un pañuelo rosa? ¿cómo levantas su rostro hacia el tuyo y la besas en los labios...?
Pero se veía pequeña y frágil, sus hombros se movían en espasmos a medida que sacaba aquel llanto aprisionado, sus manos se crispaban y yo no sabía que hacer.
Me sentía mas pequeño que de costumbre al lado de ella, bueno, mi baja estatura siempre me complicó la vida, pero allí, al lado de ella de pronto me sentí gigante y me agaché a besarla sentada en la banqueta, casi en la oscuridad.
Un rato más tarde se levantó con una sonrisa extraña y caminamos por la calle hacia su casa, había que cruzar un sendero oscuro, atrás de unas casas viejas por en medio del cafetal de la antigua hacienda, una de las cosas que me encantan de esta ciudad es eso, su falsa ruralidad, un día, desde un edificio, visualicé un sembradío de plátanos en medio de dos edificios enormes.
nos metimos por el sendero y la tomé de la mano, me lleva una cabeza y por un fugáz momento me sentí como su hijo y no como su probable pareja, ella sonrió y me miró con ternura.
En la puerta de su casa, metida entre el cafetal, quise volver a besarla, pero parecía que la magia ya se había desvanecido, vi hacia el suelo y me asustó el tamaño de sus zapatos, pensé que no podía tomarla de la cintura y volver a besarla, así que me empiné para darle un leve beso en la mejilla y regresé por el sendero hacia mi casa.
Unos metros más adelante me agaché y recogí un pedazo de algo muy blanco, instintivamente me lo llevé a la bolsa y me fuí.
Al día siguiente seguía con el objeto en la bolsa, lo puse sobre la mesa en la universidad cuando llegó Miguel, con sus habituales prisas de estudiante de medicina "¡púchica vos! ¿de donde sacaste eso?", le respondí que lo había encontrado tirado en un camino, "¿en serio? sería de investigar bien vos, es uno de los huesos pequeños de la mano, si no me equivoco es un escafoides y es definitivamente humano, ha de ser una fosa clandestina".
Un frío extraño me recorrió toda la espalda, Entonces recordé por qué lloraba ella y me alegré de no haberme quedado a cenar...
El Habitante
El Habitante
por Ingrid Sofía Escobar
Unos
minutos más y todo habrá terminado.
Tengo que
quitarme esa imagen de la cabeza, la sensación asquerosa de él tocando mi
cuerpo, saboreando cada gota de sudor y temor de mi rostro.
Ya no
más.
Ya no más
estúpidas decisiones.
Ya no más
ese miedo infernal cada noche, en mi cama.
Ya nunca
más veré esos ojos rojos controlando mis movimientos y pensamientos. Encerrada
me tuvieron por meses, sin poder comer ni beber nada. Puedo ver en mis muñecas
y tobillos las cicatrices de las sogas que me ataban, los resultados de una
batalla sin fin que hasta hoy llegará a su final.
Rápido,
este es único momento que me queda.
En las
últimas semanas tuve una gran mejoría, por primera vez logré escapar de sus
garras y hablar con mi madre.
“Estoy
bien mamá, estaré bien”
Fue lo
único que pude articular antes que él tomara el control y se adueñara de mi
cabeza. Cuando eso pasa sólo siento dolor, trato de gritar, pero lo único que
puedo hacer es ver como mis extremidades se doblan de tal manera de hasta casi
romper mi huesos. Mi voz no suena como realmente es, mi voz es su voz y no
importa en qué idioma hable le entiendo sus más íntimos pensamientos.
Aún con
todo esto pasando, me encuentro sentada en la orilla de la cama.
Analizando
mi siguiente movida.
“¡Levántate!
¡Nos vamos!”
“‘¡NO!
¡MAMÁ! ¡AYÚDAME POR FAVOR!”
En contra
de mi voluntad me levanto hacia la puerta del sótano y salgo de la casa.
“¿En
verdad pensabas en suicidarte? … Creeme, esto es sólo el comienzo”
Arrastrándome
hacia el medio de la calle, en menos de tres segundos vi como un carro me
atropelló.
El viaje
El viaje
Por Tania Hernández
Yo les pedí un huevo y
me lo trajeron revuelto con jamón y queso. Dijeron que en mi “última cena” no
me iban a dejar comer huevo crudo y se rieron de mí. Yo lo quería para saber si
estaba libre del mal de ojo y de cualquier otra mala vibra, ver si podía
despedirme de este planeta con la tranquilidad de que no dejo a nadie
deseándome el mal. Pero eso no se los iba a decir. Ya sé que es un ritual
absurdo, más aún es esta situación, pero que querés. Lo de la abuela se
convirtió en maña y ya no me la puedo quitar. Pero no me iba a comer un huevo
crudo. Hay que ver que aquí a los “hispanics” nos creen capaces de todo. De todo
lo malo, se entiende. En fin, que no me comí el huevo. Ni vos ni yo soportamos
los huevos revueltos desde aquel día en que la abuela nos obligó a comer unos
casi podridos mientras nos miraba rabiosa con el chicote en la mano. Qué
carácter tenía la abuela. Dicen que yo lo heredé y que por eso estoy aquí. Pero
no te creás. A pesar de todo tengo miedo. Los viajes son siempre algo extraño,
porque uno va hacia algún lado, pero se aleja de otro. Y esta vez más.
Hermanita, no quiero
que te preocupes. Mañana mismo ya seré un punto en el firmamento y si vos te
concentrás mucho, tal vez hasta logres verme en una noche despejada. Vos
heredaste los dotes de hechicera de la abuela. Y lo bonita. Ve pues, ya me puse
nostálgico. Pero no voy a llorar porque después, con el traje espacial se
acumula mucho la humedad.
Bueno, me voy, pero
antes ... ya sé que ninguno de nosotros es creyente, pero solo por esta vez te
quería pedir que reces por nosotros. Reza lo que sea y a quien sea, no importa.
Te prometo que te mandaré saludos, cada vez que hablemos a Tierra. Espérame. A
diferencia de papá, vas a ver que yo sí vuelvo. Está escrito en las estrellas. Y si no, lo
escribiré yo.
Fabergé...
Fabergé
por Patricia Cortez.
"el último huevo que hizo para la familia real era de plomo", cerré el libro, ese dato histórico ya me lo sabía de memoria, cuando la familia real ya no reinaba, les hizo un último regalo, pero no era plomo, sino acero, como una olla moderna, de acero inoxidable...igual, la leyenda vale mas que la historia aunque lo diga de otra manera wikipedia y pensar en un huevo de plomo enorme, pesado y peligroso (por lo de los envenenamientos) me fascinó aún más que el otro documento que tenía entre manos.
En ese se decía que el huevo de plomo, era un recordatorio para el momento en que la familia real estuviera en USA, sería el momento en que su reino se restablecería y una señal mundial, un secreto mecanismo haría que se licuara el plomo y se revelara la pequeña joya que contenía, y que había sido escondida en ese, aparentemente sin valor, adminiculo regalado a la reina.
Yo había gozado con la leyenda de la última princesa Anastasia y su muerte pobre, con el falo de Rasputín en formol (inmensa herramienta) y con otras cosas más extrañas que me atraían de la malograda familia real.
Pero esta historia inverosímil me parecía el colmo, aún así seguí leyendo "el huevo se volverá líquido una vez que venus pase frente al sol".
Me reí fuertemente, se suponía que este día venus pasa frente al sol y bueno, ¿donde está el huevo? a nadie le interesa y no es una noticia importante.
A las 11 A.M. me llamaron para darme otra noticia "parece que Bradbury no pasa la noche", la gente me conoce por mis aficiones: Bradbury y Fabergé, así que entendí la broma del amigo de la nota y me fui a trabajar.
Todo lo demás se dio muy rápido en esta era informática, alguien me llamó para contarme que un huevo de los reconocidos como hecho por Fabergé se estaba derritiendo...estaba en un museo o casa privada y de pronto se comenzó a volver líquido, como licuándose, al final, las decoraciones (esmalte, flores de metal y otros) se encontraron flotando en un líquido viscoso y mal oliente.
Aunque en un segundo recibí 20 tweets sobre esto, la noticia fue acallada inmediatamente por otros que dijeron que era una mala imitación de chocolate y que no valía la pena hacer conjeturas.
Hoy por la mañana me llamaron para contarme de la muerte de Bradbury, otro que se llevó Venus, y la persona me dijo " te iba a llamar ayer, por lo del revuelo de los huevos, pero me arrepentí, ¿sabés que alguien en la red dice que entre el metal derretido encontraron una memoria USB?, la verdad no era posible que fuera de la época de los zares y menos que Fabergé pudiera haberla escondido allí, las cosas que inventa la gente".
Colgué y revisé mi correo, allí estaba de nuevo mi anónimo informador, esta vez asegurando del viaje en el tiempo que habría hecho Rasputín para salvar sus cosas, antes de la deblacle...
me senté a leer, como a cualquiera, me encanta cada vez que aparece una nueva teoría de conspiración.
por Patricia Cortez.
"el último huevo que hizo para la familia real era de plomo", cerré el libro, ese dato histórico ya me lo sabía de memoria, cuando la familia real ya no reinaba, les hizo un último regalo, pero no era plomo, sino acero, como una olla moderna, de acero inoxidable...igual, la leyenda vale mas que la historia aunque lo diga de otra manera wikipedia y pensar en un huevo de plomo enorme, pesado y peligroso (por lo de los envenenamientos) me fascinó aún más que el otro documento que tenía entre manos.
En ese se decía que el huevo de plomo, era un recordatorio para el momento en que la familia real estuviera en USA, sería el momento en que su reino se restablecería y una señal mundial, un secreto mecanismo haría que se licuara el plomo y se revelara la pequeña joya que contenía, y que había sido escondida en ese, aparentemente sin valor, adminiculo regalado a la reina.
Yo había gozado con la leyenda de la última princesa Anastasia y su muerte pobre, con el falo de Rasputín en formol (inmensa herramienta) y con otras cosas más extrañas que me atraían de la malograda familia real.
Pero esta historia inverosímil me parecía el colmo, aún así seguí leyendo "el huevo se volverá líquido una vez que venus pase frente al sol".
Me reí fuertemente, se suponía que este día venus pasa frente al sol y bueno, ¿donde está el huevo? a nadie le interesa y no es una noticia importante.
A las 11 A.M. me llamaron para darme otra noticia "parece que Bradbury no pasa la noche", la gente me conoce por mis aficiones: Bradbury y Fabergé, así que entendí la broma del amigo de la nota y me fui a trabajar.
Todo lo demás se dio muy rápido en esta era informática, alguien me llamó para contarme que un huevo de los reconocidos como hecho por Fabergé se estaba derritiendo...estaba en un museo o casa privada y de pronto se comenzó a volver líquido, como licuándose, al final, las decoraciones (esmalte, flores de metal y otros) se encontraron flotando en un líquido viscoso y mal oliente.
Aunque en un segundo recibí 20 tweets sobre esto, la noticia fue acallada inmediatamente por otros que dijeron que era una mala imitación de chocolate y que no valía la pena hacer conjeturas.
Hoy por la mañana me llamaron para contarme de la muerte de Bradbury, otro que se llevó Venus, y la persona me dijo " te iba a llamar ayer, por lo del revuelo de los huevos, pero me arrepentí, ¿sabés que alguien en la red dice que entre el metal derretido encontraron una memoria USB?, la verdad no era posible que fuera de la época de los zares y menos que Fabergé pudiera haberla escondido allí, las cosas que inventa la gente".
Colgué y revisé mi correo, allí estaba de nuevo mi anónimo informador, esta vez asegurando del viaje en el tiempo que habría hecho Rasputín para salvar sus cosas, antes de la deblacle...
me senté a leer, como a cualquiera, me encanta cada vez que aparece una nueva teoría de conspiración.
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