Cenicienta
Tuve un hada
La caperuza y El lobo
La otra historia del halcón y la luna
En verdad no vivía completamente sola si no con una manada de perros enfermos de SIDA que quería mucho y cuidaba y les cocinaba el rico manjar que se denegaba a si misma. Tanto sufrimiento no podía no atraer la bruja malvada que se alimenta de dolor, y la hechicera la torturaba aún más con sus horribles palabras que la princesa, convencida de estar sola en el castillo, equivocaba con sus propios pensamientos. La otra cosa que ella escuchaba era el continuo borbollar y el toser de una voz que venía de su jardín y que parecía la de un hombre que estaba ahogándose; y fue por eso, ya que su ánimo seguía bondadoso a pesar de las apariencias, que un día ella se decidió a salir y descubrí que el gemido provenía de una especie de isla podrida en el medio del lago del castillo. Mirando bien se dio cuenta que se trataba de la cabeza de un hombre casi hundido completamente y que el lago mismo no era otra cosa que el fruto de sus lagrimas mientras él seguía llorando y gimiendo. Ella empezó a gritarle de salvarse la vida y cuando él vio la luz esplender tanto en los ojos de la princesa interrumpió de una vez su antiguo llanto, decidió vivir y se levantó.
¿Vio usted mi juventud?
Yo levanto los hombros dándole a entender que de esas cosas si no sé. Doña Mari se ríe y se le hacen unas cuantas arruguitas en los ojos. No ha perdido el humor, pero sí, hay algo que la avejenta. Tal vez tenía razón la señora de las naranjas.
- Con decirle que los únicos patojones que vi hoy fueron unos asaltantes ... – continúa Doña Mari y, de repente, se le borra la sonrisa .- Aaah, si pues, eso fue. Cuando se subieron los muchachos en la camioneta yo escondí mi juventud en la cartera para que no me fueran a pedir algo más que dinero, pensando también que solo el monedero iban a querer y quesi se llevaron la cartera completa. Que no me dolió mucho, porque era una cartera barata y el dinero para el mercado lo llevaba en el brassier – hace una pausa. - Allí se fue pues. Ayyy, Seño, hasta eso le roban a una en estos tiempos -. Suspira profundo.
- Sí D...– me corto a tiempo para evitar llamarle Doña – así es, ya nada tiene uno seguro. Pero no se preocupe, que ese su “vení acá” de usted no se lo quita nadie – le digo para animarla.
- Ay gracias Seño, tan linda, ya decía yo que no en balde había venido a verla.
El hijo del señor de la librería, un muchacho unos diez años más joven que Doña Mari, pasa saludándola muy efusivamente. Ella voltea, le devuelve el saludo y sale de prisa a encontrarlo.
- Bueno Seño, hay nos vemos pues. De todas formas, cualquier cosa le encargo, ¿verdad?
Pienso en la posibilidad de que sí, que haya un poco de justicia en esta vida y que, si todo va bien, Doña Mari hasta logre recuperar algo de lo que perdió esta mañana. No sería la primera vez. No en balde dicen que a gata vieja ...
De veras se lo deseo.
Buenas noches abuelito
Hace unos años, unas décadas nada más, yo fui como tú. Un niño interesado en los juegos; pero mis juegos no eran como los tuyos, que con esas cosas de ataris sofisticados que con solo mover la mano se mueve el muñequito de la tele y no sé qué más, no, no eran así. Mis juegos eran diferentes, para mi gusto, un tanto más entretenidos que estar frente al televisor donde nada se aprende. Bueno, en mis tiempos, no había televisor, apenas lo estaban inventando. Y cuando lo inventaron, no era como los de ahora de control remoto y de pantalla aquí, pantalla no se cómo. Uno tenía que levantarse a darle vuelta a los canales, que en aquél entonces, no era como ahora que habían muchos canales, uno no más. Y recuerdo que era cine mudo. Sí, aquellos tiempos.
- ¿Cómo que cine mudo, qué es eso abuelito?
Cine mudo mijito, los actores no hablaban, solo actuaban. Así como haciendo mímicas y esas cosas y uno tenía que ver qué era lo que trataban de decir, pero era cómico verlos actuar, no como ahora que prende uno la tele y todo es ver muertos y como se disparan y, hasta las caricaturas que vos mirás son de violencia. Ja, si en mis tiempos nos agarraban viendo algo de eso, nos daban una chicoteada, que para que te cuento. Todavía recuerdo una vez que mi mamá nos encontró con los amigos de la escuela queriendo hacer una pistolita de madera, con la misma madera nos dio en las manos para que dejáramos de estar pensando en babosadas. ¡Ay, pero eran aquellos tiempos!
- ¿Y entonces abuelito, qué jugaban ustedes?
Ah sí, es que en eso estábamos, ya se me había olvidado. Pues nosotros jugábamos a las escondidillas y a la tenta, todavía recuerdo aquella canción para ver quién la llevaba: zapatito cochinito cambia de pie. Ah era alegre. Y ahora que ya ni caminar puedo, porque con este dolor de rodilla que tengo, ni ganas me dan. Y vos patojo, en lugar de andar caminando descalzo, deberías de ponerte las pantuflas, porque después te van a doler los huesos y te vas a estar quejando. Es que no hacés caso. En mis tiempos, uno no hacía caso y ya ya lo castigaban a uno.
- ¿Pero seguime contando abuelito, qué más jugaban ustedes?
Ah sí, ya se me había olvidado. Fijate que nosotros jugábamos en el jardín de cazar caracoles y cochinitos. También me acuerdo que a tu abuelita le gustaban mucho las luciérnagas. Ay Dios, pero esos animales ya están escasos ahora, ja, antes vieras como habían de esos bichos que volaban y encendían su lucecita. Me acuerdo que tu abuelita jugaba con sus amiguitas, la Tefa y la Carmencito a hacer pasteles de chocolate.
- Mmmm, chocolate de ese Hershey’s que me gusta.
No mijito, ellas decían que eran de chocolate, pero eran de barro, de tierra. Ellas hacían su propio lodo y de allí sacaban figuras y hacían sus pasteles y sus galletas y las servían en hojas verdes verdes. Ah tu abuelita, con eso pasaba horas de horas y ahora mirala, siempre metida en la cocina viendo qué nos prepara.
- Abuelito, y cuando yo sea grande ¿tu vas a seguir recordando estas historias?
Hay mijito, qué mas diera yo, pero mientras eso pasa, te las seguiré contando una a una cada noche que te acueste a dormir. Buenas noches mijito.
- Buenas noches abuelito. Te quiero.
Diciembre
Su cara lo dice todo: lo inunda la conciencia de los años; alfareros de historias que ya anuncian su obra y por ello avisan que han finalizado su proceso de creación.
Atravieso la calle esquivando los morteros que hace dos minutos tiraban ilusiones chispeantes hacia el cielo y que en un instante se han vuelto inservibles. Me quedo a su lado. Cuando finalmente se da cuenta que estoy allí, me ve con sus ojos siempre profundos y me abraza: Feliz año mijo. Feliz año abuelo. Voltea a ver de nuevo al cielo pero las sombras ya no están, se han perdido y desvanecido en el fuerte viento de Diciembre.
¿Dónde quedó?
¡Vuela, vuela!
Atractor extraño
Tuve una niñez aparentemente feliz e inocente, si no fuera que mi corazón iba anublándose por la decepción acerca de mis padres que nunca me hablaban por cierto, parecían tenerme escondido algo, su relación conmigo la veía nada más como una actuación, tras el telón de la cual vislumbraba yo escenarios oscuros y atemorizantes. Todo esto explotó en mi adolescencia que fue muy triste, solitaria o mejor dicho años de miedo y de pura incomprensión.
Unos de mis primeros recuerdos es de un juguete que tenía, un bonito y alegre camión de plástico rojo y amarillo a control remoto. Lo que pasa es que en aquellos entonces el control remoto no funcionaba con ondas radios sino con un simple cable… ¡que era mi maldición! Nunca podía yo jugar tranquilo como cualquier niño merece… ¡siempre el cable se enredaba! Cuantas veces mi mamá tuvo que venir por mi ya que yo gritaba, llorando como loco intentando en vano de desenmarañar el maldito cable o incluso de soltarme a mi mismo, ya que mientras más me movía más me amarraba…
Ya muchacho crecido vino el tiempo del walkman de la maldita Sony, y cada vez que quería escuchar mi cassette de rock, era una pelea con el cable de los audífonos que, por más que yo cuidaba de ponerlos en su lugar bien ordenaditos, de allí salía ya hecho un desmadre, un bulto salvaje de víboras vivas y malvadas que reían de mis manos siempre más temblantes y nerviosamente batallando una salida del laberinto contemporáneo.
Me puse a estudiar física, pero por cuanto buscaba una explicación racional y materialista del asunto, no se me podía quitar desde la parte más escondida y profunda de mi mente la idea de que los cables tengan una voluntad propia, consciente y perversa, una seudo vida maliciosa de serpientes mitológicas.
Cada vez en la cual yo tenía que hacer algo con cables, correas, hilos, tiras y todo por el estilo, el simple trabajo preparatorio se transformaba en una lucha degollada que me afectaba en las entrañas acelerando el latido de mi corazón, el temblor de mis manos y el surgir de pensamientos feos, rabiosos, violentos y hasta blasfemos.
La misma noche en la cual escribí para la revista de la Universidad donde estudiaba un artículo titulado “Acerca de la capacidad de los hilos de enredarse solos” casi me ahorqué con el cable del secador de cabello.
El articulo fue publicado, pero no en la sección de física para la cual yo lo había escrito, con tanta atención a los fenómenos que iba investigando siguiendo patrones científicos, sino que, para mi gran rabia, apareció en la sección menos seria de diversiones, burlas y cachondeos estudiantiles. Cuando me acerqué a la maquina eléctrica de escribir con la firme intención de redactar una carta de quejas, explicando a la revista que se trataba de un asunto serio y empírico y no de broma, me tropecé con el cable de la antedicha maquina contra la cual me atropellé cayéndole encima de cabeza y acabé con litros de sangre derramando de mi frente perpleja.
Pero igualmente el articulo llamó la atención de alguien y así fue que la Organización Internacional: “Conspiranoia, Misterios Ocultos y OVNIs”, C.O.M.U. por sus iniciales en inglés, me invitó a dar una ponencia en unos de sus abarrotados simposios; por supuesto una vez licenciado.
Mi vida empeoró en progresión geométrica con la llegada de los teléfonos celulares, videojuegos y computadoras domésticas que muy groseramente llevaron consigo los relativos innumerables cargadores que deslizan por todos lados sus peligrosísimos cables vivos acechando malvadamente a la raza humana desde cada cajón, mesa, esquina de cualquiera casa en todas culturas y latitudes.
Por fin, después de mil enredos, nudos, el cansancio extremo y los gritos de rabia que ellos me causaban a menudo diariamente, me gradué con buenos votos en la Universidad y fui así calificado para dar mi conferencia internacional.
El simposio C.O.M.U. aquel año se realizó en una gran capital lejana. Afortunadamente yo tenía derecho a todos los viáticos, así partí en avión… sobreviviendo a la correa de mi maleta que estúpidamente se me quedó atrapada mientras que el equipaje venía arrastrado por el carrusel transportador casi estrangulándome en el aeropuerto; en cualquier caso llegué vivo y me fue asignada una habitación de lujo en un hotel del centro de la famosa ciudad norteamericana.
Me llamó la atención que en un hotel tan bueno, cuando agarré el teléfono para llamar a casa se despegó su cable que pasaba por el techo y se me quedó ahí colgando arriba de mi cama como liana tropical, pero acostumbrado yo a estos acontecimientos no me preocupé mucho.
Puedo orgullosamente afirmar con honor que mi ponencia, frente a una numerosísima y culta platea, fue un gran éxito: muchas preguntas y un gran debate incluyendo físicos teóricos y teólogos siguieron mi disertación titulada: “Demostración científica de una voluntad serpenteante empíricamente observable en los cables”. Fue considerada solamente una ulterior prueba de mis razones cuando tropecé en el cable del micrófono y caí con la cara en el piso frente a centenares de personas de todo el mundo.
Regresado al hotel, abriendo la puerta de mi recamara, vi con asombro que el cable telefónico colgante del techo parecía haberse reproducido ya que había varios; desgraciadamente no fui de una vez a quejarme en la recepción si no que pensé aventuradamente de llamar a alguien por teléfono para arreglar la cosa. El camino hacía el teléfono fue una hazaña de guerra: todo el piso estaba infestado por hilos y correas de todos tipos que me agarraban los tobillos y me impedían de avanzar, como me desataba de uno me amarraba a otro… sudando y jadeante después de un tiempo inconmensurable logré de alcanzar el equipo telefónico, que pero venía enredado en su cable el cual cuando jalé con fuerza se quebró.
Aislado y solo en una jungla de cables que como lianas bajan del techo para poner raíces en el piso y hasta deslizarse como víboras vivas por todos lados nunca pude regresar yo a la puerta para salir a la libertad.
Cuantos años han transcurrido desde entonces no sé. Después de unos días de sed y hambre me dí cuenta de que unos de estos cables eran más verdes y suaves que otros y que jalando fuerte se rompían; por la desesperación los llevé a la boca y sí son jugosos y, aunque su sabor es realmente horrible, alivianan mi estomago y sigo vivo. Sé bien que esta es la punición a la cual los cables me han condenado por haber revelado su terrible secreto; me pregunto a menudo si qué pasó con los demás que atendieron mi ponencia, me siento culpable si les fue reservado el mismo fin horrible que tengo yo.
Soy viejo, tan viejo que creo que parte de la condena fue la de prolongarme la vida para hacerme sufrir más, pero tengo esperanza de morir pronto, ya que los cables van reproduciéndose muy lentamente pero inexorablemente así que algún día no va a haber espacio para el aire y yo, en fin, moriré.
El Coronel sí tiene quien le escriba
Virgen y suicida
Me molesta mucho más cuando empieza con sus necedades, queriendo salir a pasear a cada rato al mall y a ver al famoso Joel que apenas le roza la mano y le besa la mejilla.
Estoy realmente cansada de ella. No puedo olvidar la boda de su prima, cuando me llevó casi a rastras y me puso una falda de tul rosado con moñitas, de lo más enojoso.
Habla toda la noche por teléfono, a veces no me deja dormir con sus canciones de Justin Bieber, estoy harta, desesperada.
Lo peor es que no me deja ver a mi novio, no quiero quedarme virgen para siempre, en algún momento voy a tener que conseguir pareja para tener muchos hijitos y dejar a Maria Laura con sus cosas.
Aunque hay días que estoy tan deprimida que me dan ganas de saltar para no volver a ver a Maria Laura ni a nadie más, acabar de una vez con esta tediosa vida llena de salones de belleza, pinturas de uñas, maquillaje y peinados. No quiero que la gente me vea sólo porque le parezco hermosa, quiero que me valoren por lo que soy…
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-¡¡¡LUIS!!!! , ¡cuidado! , ¡que horror!, ¿viste? Esa chihuaha de faldita rosada se acaba de tirar de la ventana del carro, guacala, la dejaron toda destripada.
La Verdad
Chica Super Religiosa
La Ceiba
Esa fue la primera de once cortas cartas y después de lograr evitar que me diera un infarto masivo de la emoción, la releí mil veces, tratando de evitar ponerle atención a los errores ortográficos y sólo concentrándome en las partes bonitas. Fui corriendo a Paiz a comprarle una tarjeta para que me diera tiempo de mandársela en su cumpleaños.
K de picas
El viejo ratón acabó su meditación, se levantó de su viejo sillón, apagó la luz y cerró la puerta.
Que me den una linterna, tengo que iluminar esta oscura calle de la verga.
Marco se iba perdiendo entre las miles de vueltas que se desenrollaban en el sueño retorcido.
¡Verga! Hacía calor ¡demasiado calor para tomar un café!
Entonces tomó una cervecita, pero había olvidado el monedero en casa, así se prostituyó, un ratón, sobre una banqueta, que llora, desesperado.
Nadie se para, las bicicletas pasan a toda madre sobre el asfalto al rojo vivo: hay un enano más allá que llama más la atención de los clientes. Pasa la patrulla.
Al ver a la policía el ratón huye.
Uuueeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee!!!
Dieron la alarma, no hay esperanza para un pobre ratón acechado por miles de gatos-policía. CORRE RATÓN CORRE.
este es K de Picas.
Cementerio
Samuel era mi único amigo, murió hace unos meses, era un viejito que tenía treinta y cuatro años trabajando aquí enterrando a las personas, el me cuidó desde que me dejaron aquí abandonado, me dijo que no me iba a llevar a ninguna guardería porque en esos lugares les hacen cosas horribles a los niños; por eso me consiguió un lugar acá. Me contó cómo hace mucho tiempo unos brujos habían robado lo que había adentro de este hoyo una noche de Halloween pero que todas las personas que trabajaban en ese tiempo habían guardado el secreto para que no los acusaran a ellos y por eso nunca se lo dijeron a la familia, de todas formas nunca se iban a dar cuenta. Él barrió, limpió bien todo y desde entonces esta es mi casa. Recuerdo bien que me dijo:
Mirá mijo aunque estes chiquito tenés que ponerte pilas, si alguien te ve, te saca a la calle y allí nadie te va a cuidar. Aquí adentro es más seguro. Todos le tienen miedo a los muertos pero la verdad es que aquí no pasa nada.
He oído que dicen este es el modulo cuatro y como está tan lejos casi nadie viene. Lo que más me costó aprender fue cómo subir hasta allí, porque está alto, pero los floreros me sirven de escalera y por suerte nunca se me ha caído la plancha de cemento que uso de puerta. Todos los días salgo de aquí temprano, dejo la puerta bien pegadita y me voy al semáforo que está a dos cuadras, allí saco algo de pisto para comer y tengo guardado algo por si algún día lo necesito.
Nunca le he dicho a nadie que vivo en el espacio donde debería haber un muerto porque la gente es mala y estoy seguro que si se enteran me sacan a la calle.
El otro día duro es el uno de noviembre, siempre me despierta el susto de oír personas hablando porque nunca hay ruidos aquí y de repente me despierta un montón de gente hablando… ahora ya se que cuando pasa eso es esa fecha y me tendré que quedar todo el día encerrado para que no me vean pero lo que si es cierto es que el siguiente día es el mejor día del año; no me creerían la cantidad de cosas que encuentro tiradas por todos lados, este reloj lo encontré el año pasado y esta cadenita la dejaron en el florero de abajo de donde vivo.
Lo mejor de ese día es la comida, es el único día que como gratis y hasta más no poder. Por todos lados hay sobras de comida de toda clase así que me preparo un mi buen plato con toda la comida que encuentro. Desayuno, almuerzo y ceno bien con ese revoltijo de comida.
Vivir en el cementerio es, gracias a Samuel, el mejor lugar para vivir.
De Xibalba al Cyberespacio
Los que lo saben vienen del gran linaje de nosotros,
los hombres mayas. Esos sabrán el significado de lo que hay aquí cuando lo lean.
Chilam Balam
Nuestra tecnología aumenta pero los efectos colaterales también aumentan.
Alvin Toffler
La claridad suave y fresca de la mañana ya alumbraba los sonidos. El permanecía en un estado natural del sueño a la vigilia cuando oyó ruidos en el comedor. Vio el cabello blanco y una voz serena que le decía algo sin abrir la boca. No era nada de este mundo y sabía que era real porque minutos antes había estado soñando lo mismo. La sensación de terror era abolida por la curiosidad. Pero si había temor sagrado y una indefinida sensación de estar a punto de la vida y la muerte. Era tan extraordinario el fantasma que supo que no era necesario gritar. Recibió su presencia con naturalidad y la observó contra la luz de la mañana con su cabello plateado y un vestido blanco. Se acerco lentamente, y como hipnotizado, permaneció mucho tiempo, viendo los cambios de luz hasta que entro alguien más y luego, terminaron de correr la cortina, y pudo ver a dos seres llevando un mantel y un plato.
- Señor Léster, acá esta su plato favorito y su cerveza.
- Parece que tuvo una noche difícil –pregunto la segunda persona.
- Ya me di cuenta que los vivos me asustan más que los muertos –respondió mientras saboreaba un bocado de fiambre.
- ¿Sabe la leyenda de cómo se origino el fiambre?
- Mire, como muchas de las leyendas actuales, lo único que justifican son las promociones, no dudaría que fueron tres personas: Toledo, Perry y Bremen.
- No me haga reír señor Léster.
El señor Léster se volteo a su mesa de noche y bajo la computadora, en ella había varios mensajes de facebook.
Patricia Joachin Yo ya tengo en casa, listo pa el finde!!! ;)
El 29 de octubre a las 21:24 • Ya no me gustaMe gusta • 1 personaCargando...
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Guicho Morales no te sabes la historiaaaaaaaaa pajaaaaaa
El 29 de octubre a las 21:25 • Me gustaYa no me gusta
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Patricia Joachin Yo no la se, a ver cuenta y nos sacas a dos de la duda
El 29 de octubre a las 21:26 • Me gustaYa no me gusta
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Mario Alexander Merida Ramirez tal ves fue creado por axidnte
El 29 de octubre a las 21:29 • Ya no me gustaMe gusta • 1 personaCargando...
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Lester Giovanni Oliveros la verdad no sé nada del fiabre mano, conta pues...
El 29 de octubre a las 21:32 • Me gustaYa no me gusta
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Guicho Morales
En el tiempo de la colonia aqui en antigua una de las familias mas acaudaladas celebro una boda el 31 de octubre, a la cual asistio mucha gente y se acabo toda la comida, pero como el viaje en aquel entonces se hacia en carruajes desde la a ...hora capital hacia aca, el dia 1 de noviembre llegaron aun unos invitados que venian de muy lejos, la Sra. de la ksa que no podia dejar a sus invitados sin que comer le dijo a la sirvienta que preparara comida abundante para los invitados tardios, la sirvienta fue a la alacena y se encontro con que no habia nada para preparar ya que por las fiestas del dia anterior casi todo se habia acabado, cuentan que era una mujer muy "pilas y viva" por loque le dijo a sus ayudantes que le trajeran todo lo q encontraran y le llevaron enbutidos, verduras, carnes etc, etc, etc. todo lo junto en una olla y preparo los alimentos que dieron lugar efectivamente accidentalmente al famoso fiambre que hoy conocemos que se dio a los comensales el 1 de noviembre y fue tanto el gusto por la comida que la sirvienta preparara, que año con año se siguio haciendo, hasta volverse la tradicion que ahora conocemos en casi toda Guatemala, por eso el fiambre es una comida 100% chapina!!!!Ver más
El 29 de octubre a las 21:36 • Ya no me gustaMe gusta • 1 personaCargando...
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Guicho Morales y lo unico de enajenado que veo en el fiambre seria un chapin que no le guste y prefiera una hamburguesa jajajajajaja
El 29 de octubre a las 21:38 • Me gustaYa no me gusta
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Lester Giovanni Oliveros Gracias por iluminarnos maestro, buena onda, en serio no sabía esa, haber con otra de alguien más....
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Patricia Joachin Jajajaja, bonisimo... Lo voy a circular...
El 29 de octubre a las 21:39 • Me gustaYa no me gusta
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Lester Giovanni Oliveros Luego cuento la que yo leí, que esta distante, en mucho a la suya mi estimado y profundo conocedor... no por eso desacredita ninguna.
El 29 de octubre a las 21:40 • Me gustaYa no me gusta
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Patricia Joachin A ver, esto se pone interesante. Mi estimado Giovanni proceda mis ojos están ansiosos de leer su relato.
El 29 de octubre a las 21:42 • Me gustaYa no me gusta
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Lester Giovanni Oliveros para mientras me tomaré una compita de vino Astica Cabernet Sauvignon trapiche 2009...jejeje
El 29 de octubre a las 21:42 • Me gustaYa no me gusta
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Guicho Morales mmmmmmmmm tanta mierda pa samparse un trago jajajajaja mejor deci mientras me tomare un valeroso cuto de 3 pesos que compre en la tda. de la esquina y sin limon jajajajajajajajajaja y no seas enajenado jajajajajaja
El 29 de octubre a las 21:44 • Me gustaYa no me gusta
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Lester Giovanni Oliveros
Bueno, cuentan que precisamente en una casa de un soltero, para nada acaudalado, para nada cocinero, una mañana del primero de Noviembre llego un su cuate de cruda pidiendo un trago. Se le había muerto un ser querido uno o dos días antes y ...andaba de bajón también así que ya la botella a la mitad (botella de pulmón que compraron en la tienda de la esquina), el amigo pidió "bocas o algo de comer", el otro cuate que también acababa de terminar con su novia y solo tenia un reguero que la misma mujer había dejado en la refrigeradora, le dijo que iba a ver que le podía servir y vio un montón de ingredientes que condimentó y luego sirvió de una forma tan fea, para que el cuate pensara que era un remedio para dejar de chupar, pero no, hasta brindaron por el nuevo descubrimiento de lo que llamaron fiambre.Ver más
El 29 de octubre a las 22:24 • Me gustaYa no me gusta • 1 personaCargando...
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Lester Giovanni Oliveros jajaja, es broma, quisiera saber màs anecdotas... cuenten cuenten...
El Sábado a las 8:53 • Me gustaYa no me gusta
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Lester Giovanni Oliveros Otros y a estos estoy a punto de creerles dicen que es una leyenda urbana originada en Bremen, Malher, Perry, toledo, y cuanta fabrica de enbutidos nacional o extragera haya....jajaja
El Sábado a las 9:24 • Me gustaYa no me gusta
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Tania Hf Pues a mí me contaron que se reunieron una vez varias familias en el cementerio, para visitar a sus muertos, y decidieron compartir lo que habían llevado, mezclándolo, y de allí se hizo el fiambre. Yo voto porque es un plato ladino y no criollo.
El Sábado a las 10:29 • Me gustaYa no me gusta
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Alejandro Arriaza ¿y las familias esas del cementerio también compartieron a sus muertos para hacer el primer fiambre? (digo, hay que preguntar por si acaso...)
El Sábado a las 10:35 • Me gustaYa no me gusta
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Tania Hf Sí, al final final compartieron los muertos, "que no, que es tu tío", "no, será tío tuyo que a mí ni me hablaba", y así, se hicieron una gran familia, con todo el fiambre de los conflictos familiares y murieron felices para siempre. ;-)
El Sábado a las 10:42 • Ya no me gustaMe gusta • 1 personaCargando...
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Alejandro Arriaza XD
El Sábado a las 16:59 • Me gustaYa no me gusta
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Daneri Gudiel la onda es echarle mas ingredientes que cualquier otra comida del mundo!
El Sábado a las 17:42 • Me gustaYa no me gusta
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Gabriela Alvarez Castañeda Para el viernes santo sale mas barato y es mas pagano!!!!!!!! jajaja yo ya lo intenté una vez!!
El Sábado a las 18:36 • Me gustaYa no me gusta
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Mariano Cantoral HIPÓTESIS: yo creo que nació como el sandwich, es decir, por la hueva de comer las cosas por separado, el sandwinch fue inventado por un rey aficionado al poker que cuando un siervo le llevó pan, jamón, y ensalada de tomate-cebolla y aderezo por separado, estaba tan entretenido en su juego que metió todo dentro del pan y ahí nació el sandwich, ahora mutado en hamburguesas, submarinos etcétera.
El Sábado a las 21:22 • Me gustaYa no me gusta
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Lester Giovanni Oliveros Cantoral, ando sentimental, me es agradable tu comentario, porque soy un ignorante y feliz jugador de poker...!
El Domingo a las 3:01 • Me gustaYa no me gusta
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Mariano Cantoral yo también ando sentimental, típico domingo pre-fiambre.
El Domingo a las 10:31 • Me gusta
A ella, la que me estremece
Pero ese aviso que había invadido mi ser era el aviso innegable que la necesitaba, sus manos y sus sentidos fijados en mi en un encuentro lleno de sentimientos encontrados.
Se llego el día, mi estómago da vueltas y la quijada me tiembla, siento que no podre hablarle claro, mejor me siento y alargo mi brazo para leer la revista que esta en la mesita de centro, esta ya le he visto antes.
A través del vidrio la veo pasar en su caminar pausado, y nuestras miradas se entrecruzan, de mis labios temblorosos surge un buenos días, saludo que ella responde amablemente, ha entrado y me invita a sentarme de nuevo, ya regreso dice, solo espero que no sea tan caro como la ultima vez, y es que a pesar de que creo que la pasamos ameno me cobra, dependiendo de la ocasión claro, algunas veces lleva más técnica y estando acostado veo y siento que se esmera, la última vez me dejo sin respiración como por cinco minutos.
Mis piernas son ahora las que siguen el movimiento de mi abdomen, era ella la que lo provocaba, estaba seguro.
Sale a la puerta de nuevo y me invita a pasar, se que al llegar ahí no habrá marcha atrás, ni bien me acueste ella me tendrá en sus manos expertas, por completo. ¿Cuántas veces no he estado así con ella? Creo que conforme me pongo más viejo más acudo a sus servicios, aun cuando me gustaría hacérmelo yo mismo no puedo y tengo que acudir a ella.
Paso adelante.... ahí esta esperando, vestida para la ocasión, conozco bien su vestimenta déjenme contarles, la primera vez que la vi, en otras condiciones, me despertó tranquilidad, pero ahora no deja de aumentar mi ansiedad, hubiera no querido verla, pero la necesidad se llega acompañada de dolor…
Si hombre… el dolor de esta muela mierda fracturada no me dejo otra opción que ver a la odontóloga, y estoy medio pendejo por la anestesia y el jugar con estas palabras me ayudan a divagar.
¿Crónica de una muerte anunciada?
Dan estaba tocando su guitarra, la tele encendida con los usuales dibujos animados vistos y revistos por su hijita, cuando el programa se interrumpió por un logotipo azul de las Naciones Unidas y una voz femenina:
"interrumpimos la transmisión para dar un comunicado que el Secretario General de las Naciones Unidas está dando por mundovisión"
… y así fue que la ONU anunció oficialmente el fin de la vida en el planeta.
“… ¡hay que poner fin a las noticias incontroladas, y al caos que ellas generan!“
Hasta ahora los gobiernos habían hecho de todo para desmentir la noticia, mientras que los periódicos publicaban de todo, pero realmente de todo, con amplio espacio al pánico generalizado y a los enfrentamientos las revueltas los asaltos, así como a las nuevas religiones nacientes en el medio de la locura galopante en el mundo entero, y la violencia era particularmente feroz contra las mismas sedes de los periódicos y de los medios de comunicación, todos acusados de decir lo que ahora, y ¡sólo ahora!, el coreano iba declarando en la tele: “… el súbito e inesperado crecimiento explosivo en la actividad de las manchas solares, si no se detiene, cosa que los científicos consideran en este punto imposible, esterilizará el sistema solar: yo, mis queridos, ustedes, todos nosotros vamos a morir, como todo sobre el planeta… “
En la calle de la tranquila periferia donde vivía Dan se oyó una sirena, o quizá dos, y no paraban; y de los pisos superiores del edificio se oyeron gritos, pero gritos realmente.
“ … no somos capaces de darles una fecha exacta, la actividad de las manchas solares es precisamente anormal, pero ciertamente este proceso alcanzará antes o después el punto X, aquel en que las radiaciones harán que la Tierra no sea más apta para la vida. Podría ser mañana o dentro de un año... o más."
¡FIRE! Vamos a morir en el fuego, pensaba Dan, ahora blanco, pálido como un trapo mientras abrazaba a la hijita que quería los dibujos animados...
“… no se prevé si no un ligero aumento de las temperaturas… “
… pasos que corren por las escaleras, motores de carros arrancando furiosos en el patio, voces, voces, todos hablan en voz alta, teléfonos que suenan… también el de su casa suena, y suena, y suena hasta que Dan, sin ganas, baja a la hija y levanta el receptor: – Dan – Ramón - tenias razón tu, es verdad… y tengo miedo - Ya lo sabías que ibas a morir ahora sabes también cómo - Uhu, uhu, y ¿debía llegar éste aquí, nunca visto, hijo de la Luna, a decírnoslo? ¿a condenar la Tierra? - Ya lo habían dicho los científicos, los periódicos - Pero espera ¿estás escuchando la tele? -
“ ... por lo tanto, de común acuerdo con los gobiernos del mundo, hemos decidido suspender totalmente la libertad de prensa, no podemos permitir que voces incontroladas perturben tanto la convivencia civil, la única información será la democrática y absolutamente veraz de televisiones gubernamentales... “
- ¡carajo Dan! - ya los estaban quemando todos los periódicos - Pero antes era para el motivo opuesto - Ya, ironía, el hecho es que los han cerrado - ¿Y nosotros? - ¿Nosotros que? - precisamente ahora que lo queríamos hacer… - ¿hacer que? - ¡El periódico, nuestro proyecto! - Y estás a pensar en esto, escucha que dicen -
“ Se le aconseja a los ciudadanos de estar tranquilos, de pedir la misericordia del propio Dios, si es que tienen uno, o si no de meditar… “
- pero qué ¿a poco la meditación se ha convertido obligatoria? - No saben que hacer, cómo gestionar la situación - ¡EL MEDITARLO! Nuestro proyecto de la revista El Meditarlo es más actual que nunca – ¡¿Bromeas?! – Encontrémonos todos en tu oficina ¡ya! díselo a los demás. -
II
Ferdinando es el último en llegar a la oficina subterránea de la Universidad, con un ojo negro y la camisa desgarrada:
- ¡Tomaron la radio! La policía… hubo enfrentamientos, muchos compañeros estuvimos allí, varios fueron levantados - Todavía hay Internet, dice Artemiso. - Pero las últimas noticias que hemos tenido en la radio decían que el ejército estaba tomando y apagando los grandes hub de la red. - Apagar Internet es imposible. - Virtualmente imposible, y los chinos nos han enseñado que es posible censurarla, filtrarla. - Justo cuando vamos a quemar en la luz, hacen bajar la oscuridad sobre la Tierra. - El silencio, una manta de silencio y de mentira cayó sobre nosotros. - Amen.-
- ¿Qué hacemos: rezamos también nosotros? Ahora más que nunca es el momento de hacer un periódico, clandestino, impreso en el sótano, distribución a mano. - Sí, pero ¿qué tenemos que decirle a la gente? - Nada, yo nada. - Pero: ¡el medio es el mensaje! suspendida la libertad de prensa… en todo el mundo ¿te das cuenta? - Quemaremos todos… juntos ¿te das cuenta? y yo tendré que oler el hedor cuando explote tu barriga recargada de gases… y podría ser la última cosa… - ¡Qué asco! - Ya basta chicos: ¡Información! -
- ¡INFORMACIÓN! Ya sé que vamos a hacer: ¡tenemos al profesor! - ¿Quién, A.S.Falto? - Sí él ya lo había visto todo. - Sí, pero habla de otra cosa, no de quemarnos todos, él teoriza que las emisiones solares podrían también ser de otro género, mentales o mutantes, no es que sea muy comprensible… - Y nosotros vamos a traducir sus teorías en un lenguaje comprensible para todos, y las difundimos. - Ahora que la voz del amo, una y sola en todo el mundo, toca las campanas a muerto, nosotros hablaremos de vida, de esperanza. - ¡Locura pura! -
III
Difícil de llegar hoy a la casa del profesor A.S.Falto que está en las lomas, la situación parece degradar en progresión geométrica, es el caos, la ley del más fuerte, la gente está loca. El camino esta boqueado por un enfrentamiento con ametralladoras entre policía y judiciales que se disputan, aparentemente, el control del puente.
Debemos dejar el carro y seguir a pie, el tráfico está bloqueado en todas partes, sirenas, alarmas de carros, de bancos, un helicóptero da vueltas y vueltas, la gente asalta los comercios los supermercados, muchos están armados, y los demás tienen palos, martillos, navajas, fierros… cristales rotos en todas partes, uno grita y grita demasiado como un loco histérico hasta que una mujer le abre la cabeza con un rodillo y lo calla.
Dan nos para y diciendo: “a estas alturas…” entra en una tienda de bici y agarra una, nosotros seguimos su ejemplo.
El profesor A.S.Falto no parece estar mucho más excitado de lo usual y nos explica como él consiga aún entrar en la red y leer archivos gubernamentales y tiene una montón de información apocalíptica: en algunos países el ejército está levantando a las mujeres encerrándolas en los cuarteles, la iglesia católica, después de haber tanto denegado lo que se decía en todos lados, ahora, en consecuencia del anuncio de la ONU, ha decretado el fin del mundo, proclamando el Día del Juicio. Y en todas partes las iglesias están llenas de fieles en lágrimas, peleas con muertos y heridos para alcanzar los confesionales. Reventones espontáneos en todo el mundo los jóvenes bailan. Varios profetas avatares reyes suben y decaen, varias guerras locales o quizá es toda una guerra local, suicidios en masa, caída de muchos sistemas… ¡no se sabe si llegará uno vivo al final del mundo!
El profesor A.S.Falto reitera que no habrá fin del mundo, que las radiaciones solares son de otro género: “También ellos han confirmado que no habrá aumento de las temperaturas… entonces ¿por qué deberíamos quemarnos? Se trata de energía evolutiva, y es cierto que no habrá más la humanidad cómo la conocemos, pero no porque morirá, más bien se transformará en la post-humanidad, en un ser superior, más espiritual podríamos decir, más libre… es claro que tienen miedo, que prefieren la muerte, la post-humanidad no podrá tolerar gobiernos, prohibiciones, amos… y quien ahora detenta el poder para mantenerlo está dispuesto a enviar todo a la chingada, tratando de frenar el cambio lo más posible… ¡debemos decirlo, la gente debe saber!
IV
EL MEDITARLO se imprimió y se difundió, por lo pronto de mano en mano, mientras tanto fue un periódico de veras, aunque clandestino, en las mejores tradiciones de las Resistencias, que además de difundir la teoría de la evolución solar del profesor A.S.Falto extendía también las informaciones que lograba obtener. Grande fue la joya cuando se supo que muchas mujeres se estaban organizando en el ejército de las Amazonas y asaltaban los cuarteles liberando a las esclavas del sexo que los soldados u otras maras armadas tenían prisioneras; enorme fue la consternación ante la noticia que las Amazonas colgaban por los huevos a cualquier varón que se atravesaba por su camino. Todos aplaudieron cuando Johnny Depp fundó el Frente de Liberación de la Paranoia, y bajando de Hollywood llevó la civilización a mitad de Los Ángeles, pero todos lloramos cuando el comandante Johnny y toda su comandancia hicieron seppuku público, o sea suicidio ritual, después de que una niña le dijo en directa TeleFLP: “¡me encanta cuando gozan matar a esos hijos de puta!”
De todos modos el mensaje verdadero, o sea que no íbamos a quemar todos vivos, si no a transformarnos en algo mejor pasó. Pasó en muchos grupos de la población que ahora se organizaban, además que para la sobrevivencia, también para meditar, conscientes de que la meditación entrena el cuerpo y la mente al gran cambio, al salto evolutivo que nos espera.
Islas de paz se criaron entre las tormentas de la locura galopante y asesina.
V
Una noche estamos todos juntos en el estudio del profesor A.S.Falto cuando nos llega la noticia: el punto X ha sido alcanzado, en el otro hemisferio la subida del Sol es acompañada por explosiones e incendios, el fin del mundo ha empezado.
- ¡Todo equivocado! - ¡Vamos a quemarnos todos en minutos! - Sin embargo los cálculos… ¡los cálculos! o quizá no alcanzamos la masa crítica de personas meditando que tal vez se requiere para activar el aspecto mutante de radiación en lugar del destructivo. - De hecho los hemos chingado a todos, ilusos, negando la realidad les dijimos que no morirían en el incendio… -
- pero ¿qué no ves cuántas personas están muriendo serenas, inmersas en la meditación… como hombres? -
La Negra
De todos los dones que la vida le había dado, cocinar y ser sabia eran los mejor aprovechados y hasta los combinaba, pues todo el que llegaba a su casa salía aunque sea con un pan con frijoles y un consejo, pedidos o no. A todo el mundo le veía cara de hambre y su quedar bien era alimentar a quien estaba dispuesto a ser rellenado cual pavo. Tantos años metida en la cocina le habían dado el ojo para reconocer cuando uno de sus hijos estaba tierno, si alguna de sus nietas se pasaba de picante, o si dialtiro ya estaba pasada, o si a la fulana le faltaba algo de sazón o un buen hervor en su vida.
Cuando se enfermó, a la única persona que dejó tomar las riendas de la cocina fue a su marido, quien como por arte de magia o por un proceso de osmosis, había aprendido a hacer los frijoles igual que ella, el arroz en su punto y el mejor puré de papas de la zona 5; sin mencionar que nadie picaba un buen manojo de perejil como él, era un agasajo ver y oír el ritmo cadencioso de la hachuela, sentado en su banquito casi a ras del suelo, equilibrando magistralmente la tarea de picar con el cigarro metido en la boca. Yo creo que delegó la cocina en él para no verlo todo el día sentado a su lado, deshaciéndose por atenderla y con cara de “no te me vayas a morir antes que yo, negra”.
Y así como si nada, se le fue yendo la vida, respiro tras ahogo, dolor tras malestar y le dio por confiarle sus secretos culinarios a su muñequita linda. –¡Apuntá las recetas, m’ija!- insistía una y otra vez con ansiosa desesperación por pensar que todo ese amor que lograba maridar cual infusión con la comida, quedara perdido en el limbo después de su partida, sin saber que la niña de cabellos de oro jamás se animaría a hacer ninguna de las recetas pues no quería faltarle el respeto a la memoria de la mujer que la enseñó a ser mujer; nunca podría hacerle justicia a esas manos que curaban cualquier dolor con un caldo de arroz con pollo, que sanaban la desilusión con una Ensalada Rusa y que prometían tiempos de paz servidos en un buen plato de Jocón.
Las Fiambreras
Yo era la única guatemalteca en ese grupo de madres, en su mayoría chilenas, que habíamos llegado a Alemania para ayudar, de alguna manera, a nuestras hijas, de tal forma que pudieran recuperarse de las situaciones traumáticas que habían vivido, producto de la persecución política que se estaba dando en nuestros respectivos países. Algunas habían sido víctimas de secuestro y tortura. Otras, como mi hija, habían visto morir, frente a sus ojos, a familiares cercanos y amigos. A mi yerno, lo habían baleado frente a la casa de mi hija, estando ella en la puerta. Pasó mucho tiempo sin hablar. Y yo respeté su silencio.
En un acto desesperado, logré salir del país con mi hija y con mi nieto, en dirección a Munich, la ciudad originaria de mi abuelo. En ese entonces y en los años siguientes, la mayoría de exiliados se iba a México o Sudamérica o a la RDA, pero no a la Alemania Occidental, por lo que, a falta de compatriotas, me uní al grupo de madres chilenas, quienes se portaron muy lindas y me acogieron de buena gana. No solo compartíamos la necesidad de serles útiles a nuestras hijas, cuidando de los nietos en una época en que ellas apenas podían cuidar de sí mismas, sino que también compartíamos la absoluta ignorancia del idioma del país anfitrión. A pesar del origen teutón de mi abuelo, nunca lo conocí y mi familia había perdido cualquier contacto con esa parte europea, por lo que yo no tenía la más mínima idea de lo que era el país o su idioma.
Perdidas como estábamos en ese país extraño, apenas nos atrevíamos a salir de noche. Por ese motivo y para entretenernos en las horas en que los niños se habían acostado y nuestras hijas se retiraban, aprovechando un espacio para estar solas, nosotras acordamos en que íbamos a ver una película diaria en la televisión y nos la contaríamos durante la reunión del día siguiente. Curiosamente, la primera noche que lo intentamos, resultó que todas habíamos visto, por casualidad, la misma película. Cuando quisimos hablar sobre ella, nos dimos cuenta de que, a pesar de haber visto lo mismo, todas habíamos entendido algo diferente. Eso nos pareció muy divertido, ya que creábamos nuestras propias películas a partir de lo que las imágenes nos habían dicho y lo que habíamos captado de las palabras sueltas que íbamos aprendiendo. Fue de allí que yo le puse a nuestro grupo “las fiambreras”, porque hacíamos un fiambre de historias que al final resultaba más rico que la historia original. A las chilenas les gustó el nombre y así se quedó.
Después, cuando ya fuimos aprendiendo el alemán y pudimos comenzar a leer las noticias que llegaban de nuestros países, nuestro nombre empezó a tener un tono más fúnebre, un tono de día de muertos.
Sin embargo, estando tan lejos de nuestra patria, y en esa situación tan difícil, no podíamos dejarnos caer ni dejar de ser el soporte para nuestras hijas y nietos. Por eso, decidimos tomar solo un día a la semana para comentar y meditar sobre las tragedias que se seguían sucediendo, tanto a nuestras familias, como a las ajenas. Ese día, tomando prestada la tradición de los alemanes de encender velitas sobre la mesa, cada una compraba una velita de un color específico, las encendíamos todas al mismo tiempo, y comenzábamos a rezar - las que aún éramos cristianas - y a meditar o a decir poemas en voz baja - las que ya habían desechado toda creencia religiosa. De esa forma sentíamos, una vez más, que estábamos creando algo, un fiambre de energía que debía manteneros vivas y con fuerzas para seguir adelante.
Hoy, primero de noviembre, he pensado mucho en ellas. Mi hija y yo retornamos a Guatemala en el noventaiséis, luego de la firma de la paz. Mi nieto se quedó estudiando allá, luego trabajando, y viene a visitarnos durante las vacaciones de verano.
Duele recordar esa época de exilio, pero de alguna manera, principalmente en estos tiempos en que la inseguridad se va haciendo nuevamente más presente, siento a veces nostalgia por las amigas que me animaban y confortaban y que ya no tengo a mi lado. En honor a ellas, en lugar del fiambre de embutidos y verduras, mi hija y yo hemos decidido hoy compar velitas de varios colores y encenderlas sobre una bandeja que pusimos en la mesa del comedor. Estoy convencida, que más de alguna vez, cada una de “las fiambreras”, en los distintos países donde ahora se encuentran, habrá hecho lo mismo.
Marito Matabachas
Al fin se decidió a limpiar el cuarto de Marito. Hace cuatro años de la boda, ya era hora de hacer una buena limpia y convertir ese cuarto en estudio.
Doña María entra al cuarto decidida y armada hasta los dientes; una cubeta morada con una mezcla de agua y jabón en polvo, tres limpiadores, escoba, trapeador, delantal, guantes y bolsas enormes con un canguro impreso.
Luego de tirar la caja de las cartas, tarjetas, entradas al cine, servilletas con mensajes sugerentes, fotos y globos desinflados de sus ex novias pasa al closet donde encuentra cuadernos del colegio, exámenes, anuarios y trabajos de la universidad. Con la nariz roja por la alergia que le provoca el polvo y olor a naftalina pasa a la mesita de noche.
Al abrir la puerta de la gaveta de abajo encuentra lo que por mucho tiempo fue el tesoro de Marito, recortes de prensa, noticias donde Greenpeace hacía protestas o salvamentos. Doña María los saca de la gaveta, los ve fijamente, con su mano hace a un lado las bolsas llenas de lo que ahora es basura y se sienta en la cama. Una ráfaga de nostalgia pinta sus ojos. En su mente tiene presente esos años de adolescencia de Marito.
Recuerda perfectamente cómo él hablaba con tanta fuerza sobre lo necesario de cuidar la naturaleza, de apagar las luces, de reciclar. Más de alguna vez se había ido con sus amigos a una marcha para protestar por algo que ella nunca había entendido bien pero eso no era nada. Cuando realmente se asustó fue cuando empezó a llevar morralitos y a cambiar sus tenis por caites. Don Mario también estaba preocupado pero él siempre había sido muy listo y un día, recordándole a Doña María el porqué se había enamorado de él, hizo alarde de sus dotes de estratega.
Dos meses antes de la graduación del colegio, Don Mario le llevó a Marito el pensum de estudio de la Licenciatura en Ecoturismo de una de las mejores y más prestigiosas universidades del país. Esto marco el futuro de Marito. Sus nuevas amistades, también preocupadas por el medio ambiente lo hacían sentir como pez en el agua. La estrategia de Don Mario no dio resultados de la noche a la mañana, los cambios que valen la pena nunca son así.
Se empezó a juntar a tomar cafés para platicar de la posibilidad de armar un partido verde. Pasó más de un año, Don Mario y Doña María no decían nada pero con sus miradas lo decían todo. Al año y medio fueron apareciendo en su closet algunos buenos augurios; unos zapatos de amarrar, camisas de manga larga y cinchos. No había sido dinero mal gastado porque en uno de esos cafés conoció y se enamoro de la hija de uno de los mayores empresarios de turismo del país dos años más tarde sería su esposa.
Hace dos semanas la había llamado desde algún país del mundo para preguntar si todos estaban bien y para pedirle que se metiera a su Facebook porque había subido fotos de la casa en donde vivían y para que viera el último ultrasonido de su nieto al que querían tener en parto natural. Nunca vas a cambiar, le había dicho Doña María.
Hoy Marito es el principal accionista de una de las empresas verdes que “velan” por el ecosistema del país, mantiene los contactos y donaciones de las organizaciones más grandes del mundo. Su esposa es la que organiza las manifestaciones y muchas veces la que consigue opiniones de sus amigos “expertos” sobre las que construye un frente contra algo. Cualquier cosa. Es un negocio próspero.
Don Mario realmente había hecho de su hijo un hombre exitoso sin necesidad de sermones ni pleitos familiares. Que orgullosos se sentían.
Doña María suspira mientras mete lentamente los recortes a la bolsa, luego mete la mano en la gaveta para ver si no se queda nada pero su dedo topa con la caja plástica de un cd, lo saca y lee…Miguel Matabachas…abre la caja y encuentra un papel, reconoce la letra de Marito y parece ser la letra de la canción. Antes del título de la canción esta escrito ¡Aguas!. Le da curiosidad y lee solo algunas líneas que parecen ser el coro…
Miguel el matabachas…
El sistema se lo fumo…
Miguel el matabachas…
Olvido su revolución…
Doña María hace una mueca. “Alux. Con razón. ¡Caitudos!”.
Puesta de sol
Intentaba aferrarse al tronco que la sostenía, recordando que tenía una misión: dar sombra. Por generaciones así había sido, algunas hojas tenían la prioridad de alimentar al árbol, pero otras, las que eran como ella, estaban destinadas a cubrir los besos primeros y los primeros llantos de los corazones, refugiar a las madres mientras los hijos jugaban, velar el sueño de los albañiles cansados y alcahuetear a los niños traviesos que trepaban por sus ramas para robarse un par de mangos. Las hojas más viejas transmitían ese saber milenario a las más jóvenes, subrayando la importancia de permanecer allí, pegadas al tronco, soportando vientos, temporales, hormigas y aves. Y las párvulas hojas, aún desde antes de brotar, sabían que grande era su responsabilidad.
Pero dejó de llover, luego de llover demasiado. Las más débiles cedieron a las lluvias de aquella horrenda tormenta, y la agonía posterior fue espantosa, por cuanto larga. Primero sentían todas, las sobrevivientes, que el tiempo era bueno. Se confiaron, se cargaron, desperdiciaron, incluso, un poco de humedad al abusar del sol y del viento, que las hacían bailar y brillar con tan amplia gama de verdes que conmovían hasta a las piedras. Se confiaron y el agua no volvió, como tampoco volvió el amor a pasearse por debajo de las ramas, ni la alegría, ni el dolor de la pérdida. Ni siquiera los perros.
Entonces, no soportó más su reseca y amarillenta estructura y cayó. El sol terminó de ponerse, y ninguna nube lloró su pérdida.
RS334
- Mujer, ya sabés como soy, no me vengás con babosadas ni caprichitos- le dijo. Ella salió y somató la puerta de su propio apartamento. Ay dios, ¡más se perdió en la guerra! Tenía hambre y fue a la cocina, no había café, ni pan, ni manzanas, nada. Por lo menos pudo haber hecho café antes de irse, qué desconsiderada. Patricia me hubiera hecho un desayuno de rey. Pensaba en Patricia y la sonrisa estúpida se le estampaba en la cara y hasta suspiraba. Y eso que ya me agarró viejo…me agarra joven y ya le hubiera metido un par de hijos.
Agarró el periódico y se lo llevó. En lo que calentaba su carro, releyó el artículo: “Al final, puede resultar que engañar a la pareja sea simplemente cuestión de tener o no un gen. Al menos, en los hombres. Y tiene un nombre, la variante del alelo RS334, que la ciencia acaba de encontrar. Esta mutación es un enlace directo entre los genes del hombre y su aptitud para la monogamia.” Seguía el artículo dando las especificaciones técnicas. Se lo iba a dar a Luisa, ella era científica y se jactaba de eso; su frase favorita: “Con los hechos científicos no se discute”. Bueno, entonces la discusión estaba por terminar, eso de ser infiel es genético, es algo natural.