El gran circo
Por Manuel Solórzano
Aaaay jefe, ya que me pregunta… mi vida es el circo, siempre lo ha sido, desde que era chiquitío me dedico a esto desde que sale el sol hasta que ya no se ven las pelotas, si, las pelotas, lo mío siempre fue el malabarismo, o por lo menos eso dice mi papá, el dueño del circo. Empecé con una, ahora ya mantengo cinco.
¿Quién, mi papá? Aqueeeel que está allá sentado bajo aquel árbol, lo ve? Ese es mi papá, siempre ha sido el más exigente: le gusta que todo sea perfecto…todavía me queda la marca aquí….en mi brazo mire…me recuerdo que antier estaba haciendo mi número cuando por estar pensando en saber qué, se me calleron dos pelotas, yo sólo cerré los ojos y las recogí…ya sabía lo que me esperaba… él dejó que terminara mi número y ¡zaz, zaz! dos cinchazos, uno en una pierna y el otro allí, donde ve la marca… pero sabe? tiene razón de enojarse porque si no nos sale bien lo que a cada uno nos toca, no nos dan nada y no comemos.
Pero déje eso, a mis dos hermanas a veces les toca peor!, a esas les toca hacer malabares mientras una está encima de la otra… já! viera que jodida está mi hermana la grande, a ella le toca abajo sostener a mi hermana pequeña, lo difícil no es mantener el equilibrio, no, eso lo aprende uno rápido, lo jodido es que mi hermana grande, la que le digo que se queda abajo, tiene que estar sin moverse, quietecita…y se oye fácil pero que va!, al medio día, cuando el pavimento está que arde… viera usted! hasta las lagrimas se le salen a la pobre porque no puede levantar ni un poquito el pie aunque se esté quemando, si la viera, ya tiene bien feo un pie: negro, negro…va, y si tiene la mala suerte de que a mi hermana pequeña, la que está arriba de ella, se le cae uno de los limones que usan para el número…aparte de la quemada las cinchacean a las dos…
Pero como le repito, la verdad es que no nos podemos quejar, así es el circo y nuestro circo cada vez está mejor; desde que nos ganamos estas dos esquinas ya comemos todas las noches, y estaríamos mejor todavía si no fuera porque mi mamá se embarazó y ya lleva dos semanas sin tirar fuego, que es su gracia, viera cómo está mi papá por eso…bravo es poco.
A veces descansamos algo pero solo cuando hay algún accidente que hace que los carros no puedan pasar, como hoy.
Pero bueno jefe me voy, gracias por mi billetito, mi papá ya se dio cuenta y me está viendo feo porque no le gusta que hablemos a la gente de los carros.
Manu, éste es su mejor estilo (como el cuento donde describe el tráfico,lo logra muy bien y sabe describir a cabalidad los sentimientos y me encanta el lenguaje tan coloquial y chapín. Me encanta, aunque sea bien crudo. (Olga)
ResponderEliminarManu, nos dejaste esperando por este cuento, pero valió la pena. Muchacho, qué manera de contar!
ResponderEliminarY sí, coincido con Olga, ufff, muy crudo.
Wow! Muy bueno! Me gusta que aparezca tácitamente la otra persona con la que establece la conversación el muchacho.
ResponderEliminar