Ofrenda sin altar
Olga Contreras
Otra vez la oscuridad tratando de envolverme, de arroparme con su fría suavidad. Me habla al oído y cual amante furtivo me convence con palabras dulces que me entregue silente y mansa. Pero esta vez no peleo, no hay más lucha en mí. Me dejo sitiar por la suave penumbra sabor canela, el color noche me vence y me posee con su dulce olor a ti.
Poco a poco mi memoria se enfría, mis ganas de despertar se evaporan como mi historia salpicada siempre de dolor. Pero justo eso es lo que ya no hay en mí: dolor. Ahora sólo la nada que me ofrece una extraña pero anhelada paz que acepto como una ofrenda sin altar.
Me gustó la descripción de cómo se siente envuelta entre la oscuridad, sobre todo lo de la canela. =)
ResponderEliminarMe gusta mucho lo de la ofrenda sin altar. Muy bonito, Olga
ResponderEliminar