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Es el loco otra vez

Es el loco otra vez


Por Cristina Zuleta

Se le veía siempre risueño, ligero y fresco como algunas mañanas de abril en las que el aire es un suave soplido frío. Caminaba, sin embargo, como quien busca con disimulo que su presencia no sea indiferente, regalaba algunas sonrisas incontenibles y desesperadas distrayéndose de una soledad que parecía tan envidiable, noble, justa e insoportablemente agradable. Era un indiscutible irreverente con la vida, transgresor de la paces cotidianas y más satisfactorio aún cuando era de las ajenas. Su presencia en los días de otros, en los pensamientos de otras mentes. Le gustaba creer que su nombre hurgaba por todas partes dejando una irremediable huella de su súbita locura. Se decía que podría ser algo como "el padre de la broma subliminal" y se reía en solitario. En cada amigo tenía siempre a un futuro enemigo y nunca se supo que tan consciente era de ello. Acumulaba objetos banales, insignificantes y sin ninguna utilidad conocida más que hacerle soltar necias carcajadas, recordarle nostalgias inventadas para darles un valor oculto o usarles como protagonistas de su colección de fábulas de autoría propia.

Le fascinaba tener conversaciones en apariencia profundas y filosofales con sus amistades más cercanas de turno, y en ellas le gustaba salirse con la suya haciendo uso de su más irónico sentido del humor teñido de resentimientos proporcionados con bastante inteligencia para burlarse de absolutamente todo. Disfrutaba hablar de los demás con los demás, analizar, destruir y reconstruir la vida de todos; inventarles personalidades y defectos, para luego lamentarse de la decadencia de la humanidad. A Sandra, compañera y amiga de conversaciones ricas en retórica, le parecía que sus amigos lo visitaban y soportaban porque era un artista del humor, la elocuencia y el drama; y era capaz de entretener a cualquiera aunque fuera a cuestas de su propio ridículo. Ella tenía otras razones de las cuales no era plenamente consciente para soportarlo, pero de lo que sí era consciente era de que cada arranque de risas era un desborde de tristeza y amargura en los ojos de Eduardo, nunca se lo dijo porque odiaba ser puesto en evidencia y no alcanzaba a imaginar toda la ansiedad que escondía su risa.

Sandra era una mujer poco mayor que él, pero a Eduardo siempre le había parecido una niña vestida de señora, su voz era de niña y su sentido del humor era bastante infantil. Se habían conocido hacía poco más de un año en la sala de espera de una clínica veterinaria mientras esperaban el turno de sus perros. El perro atendido demoró lo suficiente para que Eduardo hiciera reír a Sandra y decidieran ir luego de la veterinaria a dar un paseo juntos a los perros, ya que al igual que ellos habían tenido tiempo de establecer lazos. Sandra era un mujer solitaria, pero después de haber visto crecer a tres hijos y estar casada durante dieciocho años, su actual situación de divorcio y soledad no podían ser menos que una fortuna. - Definitivamente Sandra, la soledad es la mejor maestra y además no tiene personalidad ni traumas de la infancia- Decía Eduardo con un aire muy gentil y una risa en el rostro mientras caminaban a una cafetería vieja en un barrio aún más viejo de la ciudad, él aseguraba, era el único lugar donde todavía le ponían leche de verdad al café y no esas cosas que se inventan ahora. -Lo quieren hacer todo polvo y meterlo en un sobrecito- dijo a Sandra que estaba ya extasiada de tanto reír.

Con el tiempo de conocerse y frecuentarse ella se dio cuenta de la costumbre de Eduardo de hablar mal de la gente, algo que le parecía bastante desagradable. Un día decidió decírselo argumentando: -Nadie se salva de los traumas, los errores, las fobias y las posturas políticas,pero no es justo, Eduardo, que uses tu creatividad para además inventarte todo para difamar a la gente sólo para entretenerte ¡Por qué no mejor escribes un libro o algo, en vez de estar burlándote de las personas así!- Alegó desesperada llegando al borde de la impaciencia. La reacción de su amigo fue un grito de furia semejante al de cualquier amante del fútbol en pleno estadio en medio de un partido de su equipo favorito diciendo: -¡No te metas en mi vida y mejor lárgate!- Y se quedó mirándola fijamente con sus ojos grandes y profundos, de una manera que Sandra nunca olvidará, haciéndola retroceder hasta la puerta y empujándola a la calle, no sin antes soltar un último: ¡Estúpida! seguido de un portazo que hizo a la vecina salir enseguida a ver que pasaba. -¡Ah! Es el loco otra vez- Reclamó cerrando la puerta y mirando con indiferencia. A Sandra la atropelló de un solo golpe un sentimiento de humillación y enojo que jamás había sentido en su vida (Aunque había estado casada) y decidió que ya no le interesaba más volver a verle. Corrió calles abajo y arriba pensando en mil venganzas y lamentándose de no haber aprovechado la ocasión para decirle tantas otras cuestiones que opinada sobre él.

Un mes después, ya olvidado el suceso, Sandra tuvo un encuentro desagradable y casual con un amigo en común de Eduardo y ella. Era Don Gonzalo, el veterinario de cabecera de las mascotas.
-Me platicó Don Eduardo- Le dijo el veterinario mientras le miraba los colmillos a Manoleta -Que tuvieron una discusión ¿Verdad?- La reacción de sorpresa e indignación que pudo haber sido, se quedó justo a la altura del pecho y se quedó allí a manera de sutil suspiro. Seguido de un reflexivo silencio, Sandra preguntó con aire sereno pero ligeramente incómoda:

-¿Y qué le dijo?-

-Mire, no es que a mi me guste meterme en estas cosas, yo soy una persona discreta. Pero déjeme decirle que me sorpredió mucho la manera en que se expresó de usted, dijo, que usted era algo así como homófoba y otra palabra más rara que según él significa que usted odia a los hombres... y otras cosas más que ya para qué le digo.

- ¿Misandria?- Preguntó añadiendo -¡Bastante imaginativo! Él es un tipo muy creativo Don Gonzalo, usted no se preocupe-
El señor la miró con una cara de total confusión, que no pudo disimular, estaba anonadado con la reacción tan peculiar. Sandra trató de ignorarlo con todas sus fuerzas, se despidió cordialmente y al salir de ahí, se tornó su rostró de color rojo atomatado, que ahora si no pudo disimular y ni siquiera tuvo la intención. Le parecía demasiado bajo haber metido al veterinario en esto, haber metido a cualquiera le parecía una rotunda estupidez. Caminaba a tropezones, alentaba y aceleraba el paso sin ningún ritmo ni razón aparente, respiraba agitada, tanto así que Manoleta se dio cuenta y empezó a ladrar ininterrumpidamente como si quisiera decirle que se calmara, pero Sandra, que en ese momento estaba ensimismada en los pensamientos más maquiavélicos desde hacía exactamente un mes (Su mente planeaba ingeniosas venganzas para luego desecharlas al darse cuenta que todo lo que pensaba no era lo suficientemente digno de la verdadera maldad o de una película de Stanley Kubrick) Estaba segura de que Manoleta lo hacía apropósito, para molestarle. Entre las escenas del Resplandor, los ladridos de Manoleta, su respiración agitada y su manera de caminar torpe e irregular Sandra se cayó de cara al suelo y encima de su mascota, dos personas que pasaban por los alrededores viraron sus cabezas bruscamente, ya que el quejido apoteósico de Manoleta y el grito de Sandra lo hicieron inevitable. Ya en el suelo, con la moral en el inframundo y la rabia derrotada, se le ocurrió algo. Conocía muy bien y de cerca la debilidad más grande de su enemigo.
Eduardo tenía un fobia atroz y contundente para la venganza.

En ese momento vino su memoria ese jueves gris y pesado que parecía más domingo. Estaban comiendo una receta de verduras crudas y frescas con una tasa de vino barato y queso. Ese día estaban muy silenciosos porque la pereza era más poderosa que las ganas de la mente de buscar conversaciones absurdas. Sandra se empezó a aburrir y sin mucho esfuerzo empezó a pensar en algo para entretenerse o hacer una broma, se acordó que en la mochila traía un conejo de peluche blanco, mediano y con ojos medio dementes que le causaba mucha gracia, lo había comprado hacía un par de días y lo guardaba en su mochila por si veía a su sobrino pequeño para regalárselo. Decidió sacarlo para mostrárselo a Eduardo en un gesto simpático. -Te voy a mostrar una cosita- dijo riendo con picardía infantil. Eduardo se quedó en silencio y a la expectativa, derrepente la vio venir corriendo lúdicamente con el conejo en la mano, primero no lo podía creer y luego se dio cuenta que era cierto y horrible, se paró abruptamente y con voz entrecortada, al borde de una crisis nerviosa, ojos de piedad y súplica, rogó: -¡Por favor no me lo acerques, llevátelo... ¡Quítamelo!- Sandra perpleja, no pudo evitar reír un poco con disimulo y ligera preocupación. Retrocedió despacio y lo guardo. Después de que Eduardo se hubo calmado, confesó su fobia y le dijo que no tenía idea del por qué. Nunca se habló más del tema, porque además Eduardo era muy susceptible a las bromas de ese tipo.

Habiendo recordado tan útil acontecimiento, se puso a planear su venganza. Le pidió un niño del vecindario (De cualquier manera para la gente del barrio él ya era todo un enigma) esperar a Eduardo, escondido afuera de su casa y perseguirlo con un peluche gigante por la calle, a cambio de una muy valorada recompensa. Ella estaba mirando, de hecho, gestionó la renta de una terraza en el vecindario, se rió a más no poder, él gritaba como desquiciado y pedía clemencia sin parar a todo quien pasaba. El niño se divirtió como nunca con su labor. Pero nadie vio venir la camioneta verde olivo con logo a cada lado y al frente de una ONG ambientalista, todos estaban demasiado entretenidos con el alboroto. El accidente pasó en segundos y el niño se alcanzó a salvar por unos pasos.

11 comentarios:

  1. a mi me gusto, un poquito largo pero me gusto, bonito final

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  2. Ay si lo sé, pero es la primera vez que alargo tanto, tenía el problema contrario, era muy breve y poco descriptiva... Estoy intentando mejorar eso, pero creo que me pasé... jajaja!

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  3. Me gustó mucho, la forma en que hilaste la historia, muy bien!

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  4. Me tarde en decidirme a leerlo, porque lo miraba y me parecía bieeeen largo. Cuando por fin lo hice, me sorprendió llegar tan rápido al final. Fluyó bien rico. Sonreí varias veces, algunas de gracia, pero la mayoría de reconocimiento y empatía a esos Eduardos y Sandras que todos conocemos y que, alternadamente, también todos somos, a veces. Me gustó mucho.

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  5. ¡Muy bien, Cristina! Creo que está muy bien escrito. Muy limpio y bien redactado. Excelente. La longitud no está mal, lo que pasa es que a la mara le da hueva leer cosas muy largas en la pantalla, pero en papel no se sentiría, además no es un relato cansado. Tus descripciones son pertinentes y fue muy bueno el ejercicio de extenderte. ¿Te gustó hacerlo?Así es como todos deberíamos de enviar los cuentos, ya bastante pulidos, para que aquí los comenten y se puedan mejorar. Como la gracia es la crítica, acá viene lo que ví (mirá que me tomé mucho tiempo)

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  6. NOTA ACLARATORIA: NO ME LAS LLEVO DE ERUDITO NI ESCRITOR CONSUMADO, LA MAYORÍA DE VECES HABLO PURAS BABOSADAS. MIS SUGERENCIAS PUEDEN TOMARLAS Y NO HAGO NINGUNA CON ÁNIMO DE OFENDER. Dicho eso:

    “Su presencia en los días de otros, en los pensamientos de otras mentes”. Me parece que esta oración no está completa, como que se fue en medio y no la entendí. ¿Es ese el propósito?
    Se decía que podría ser algo como "el padre de la broma subliminal" y se reía en solitario. La parte de “Se decía” supongo que es que la gente decía, ¿o es que él se decía a sí mismo? Si lo decía la gente ¿era la gente la que “se reía en solitario” o era él? Creo que se pudiera aclarar un poco esta frase.
    Me gusta la oración “usarles como protagonistas de su colección de fábulas de autoría propia”
    “Ella tenía otras razones de las cuales no era plenamente consciente para soportarlo”, creo que debería de haber una coma después de “razones” y otra después de “consciente”
    “siempre le había parecido una niña vestida de señora, su voz era de niña y su sentido del humor era bastante infantil.” La palabra “niña” aparece dos veces en la misma oración y creo que se podría usar alguna otra en vez de alguna. Igual la palabra “perro” en “el turno de sus perros. El perro atendido demoró lo suficiente para que”, y luego viene otra vez “decidieran ir luego de la veterinaria a dar un paseo juntos a los perros,”
    “- Definitivamente Sandra, la soledad es la mejor maestra y además no tiene personalidad ni traumas de la infancia- Decía Eduardo” creo que es problema de cómo saca esta página las oraciones y los espacios, pero estemos conscientes de las reglas para escribir diálogos. IDem para los diálogos que vienen después en el cuento. Deberíamos de poner un link al lado, en la página del blog, a la referencia esa y también a un par de diccionarios y uno de sinónimos y otras herramientas de escritura.
    “de la ciudad, él aseguraba, era el único lugar donde todavía le ponían leche de verdad al café” creo que luego de “él aseguraba” en vez de la coma iría mejor un “que”. Incluso podrías considerar cortar la oración antes de Él y allí empezar otra.
    “enojo que jamás había sentido en su vida (Aunque había estado casada)” Esa primera palabra del paréntesis debe de ir sin mayúscula. Pasa de nuevo más adelante en el cuento.
    “otras cuestiones que opinada sobre él.” Supongo que debe de leerse “opinaba”
    “con un amigo en común de Eduardo y ella.” Sólo una sugerencia, podría ponerse “con un amigo que Eduardo y ella tenían en común”
    “se quedó justo a la altura del pecho y se quedó allí a manera” quedó está seguido dos veces y siento que no se oye bien, se podría redactar mejor esta oración.
    “Homófoba” (aversión a los gays) creo que debe de sustituirse por “andrófoba” (aversión a los hombres). En wikipedia encontré: “En psiquiatría, la androfobia es una fobia que produce un anormal y persistente miedo a los varones.” ¿Qué opinan de esto?
    En la parte de“alentaba y aceleraba el paso sin ningún ritmo ni razón aparente”. Según el Diccionario de la lengua española © 2005 Espasa-Calpe: alentar tr. Animar, infundir aliento o esfuerzo, dar vigor: alentar al equipo. También prnl. Mantener vivo un sentimiento:alienta la esperanza de volver a verle. intr. respirar.♦ Irreg. Se conj. como acertar. Por lo que creo que debe de sustituirse el verbo “alentaba”.

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  7. “para luego desecharlas al darse cuenta que todo” Creo que acá sí se puede usar el “de que” porque puede sustituirse por “de eso”. “al darse cuenta de eso”. Por lo que creo que debería quedar “para luego desecharlas al darse cuenta de que todo”

    “lo hacía apropósito” debe de leerse “a propósito”, separado.

    “su respiración agitada y su manera de caminar torpe e irregular Sandra” coma antes de “Sandra”

    ME hiciste buscar la palabra “apoteosis”, cada día aprendo algo nuevo: apoteosis f. Ensalzamiento de una persona con grandes honores y alabanzas: la apoteosis de un vencedor. Final brillante de algo, especialmente de un espectáculo: la apoteosis de una obra de teatro. No varía en pl.
    “Eduardo tenía un fobia atroz y contundente para la venganza.” ¿No debería de ser “hacia la venganza”? ¿O querés decir que para la venganza que planeaba podía utilizar una fobia que Eduardo tenía? Podría ser “Eduardo tenía una fobia atroz y contundente que podía aprovechar en su venganza” o algo parecido. Creo que se puede aclarar más esta oración tan importante para ser, sólo ella, una oración.
    “En ese momento vino su memoria ese jueves gris y pesado que parecía más domingo” En primer lugar me encanta la imagen. En segundo lugar debería de ser “vino a su memoria” (con el “a”)
    “se acordó que en la mochila” no va aquí también “de que”?
    “Derrepente” se escribe “de repente”, separado.
    “primero no lo podía creer y luego se dio cuenta que era cierto y horrible,” Otra vez el “de que”
    “¡Por favor no me lo acerques, llevátelo... ¡Quítamelo!” Primero la trata de “vos” y luego la tutea.
    “Sandra perpleja, no pudo” Debería de haber una coma luego de “Sandra”
    “Retrocedió despacio y lo guardo.” Necesita una tilde ese “guardó”
    “Le pidió un niño del vecindario” tiene que ser “le pidió a un niño”
    “peluche gigante por la calle, a cambio de una muy valorada recompensa.” Creo que debe de cambiarse a “una muy valiosa recompensa” ya que valorada viene del verbo valorar.
    “Ella estaba mirando, de hecho, gestionó la renta de una terraza en el vecindario, se rió a más no poder, él gritaba como desquiciado y pedía clemencia sin parar a todo quien pasaba.” Esta oración debe mejorarse para que se entienda mejor y se aprecie la malicia de Sandra. Ejemplo: “Ella, que miraba todo desde una terraza en el vecindario que había gestionado con anterioridad, se rió a más no poder. Él…”
    “nadie vio venir la camioneta verde olivo con logo a cada lado y al frente de una ONG ambientalista” me encanta la descripción de la camioneta, le diste mucha personalidad en tan pocas palabras, en estos detalles es cuando la descripción se hace muy valiosa.
    Creo que al final no hay como una conclusión de los personajes principales, es decir, la historia venía con ellos pero no dice nada de ellos al final sino sólo del niño. Con una oración más sería suficiente para cerrar el círculo.

    Me encanta la historia dentro de otra historia. La parte donde cuenta del peluche y cómo se conectó con todo lo demás. Me gusta mucho el resultado. Espero seguir leyendo muchas cosas tuyas.

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  8. Mi última sugerencia será dirigida a tu labor como moderadora (excelente presentación del blog por cierto y muy buen trabajo). Necesitamos en cada entrega una entrada para que comentemos de cosas generales. Podrías ponerle algo como "Cuentos de Fobias-sugerencias, generalidades y temas futuros" así allí ponemos cosas del blog y funcionamiento y eso y cada semana se va actualizando. Quiero mandarle un mensaje a toda la mara pero nadie entra a esto si no es para leer su propio cuento y luego no va a ver qué escribí. Gracias! Besos!

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  9. Creo que ya deberíamos de tener el tema no de este martes sino el del siguiente, podría ser el segundo lugar de la pasada votación.

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  10. Chanfles! después de lo de Quique, creo que cualquier cosa que diga es redundar, pero a mi me costo un poco el inicio, tuve que decidir leerlo completo para pasar los primeros dos parrafos, después de eso una lectura deliciosa.

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  11. Re chanfles!!! Coincido con Manuel...pero se me va el saldo del internet, se va...se va...No, Cristina, a mí, pero es gusto personal, me cuesta mucho ver los diálogos explícitos. Por lo demás, gracias Quique por escribir lo que todos te mandamos por telepatía...Es broma...hasta la vista!

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