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Pesadillas Hegelianas: Sudar o Temblar

Pesadillas Hegelianas: Sudar o Temblar
Por Oscar Escobar

Me desperté asustado, otra vez la recurrente pesadilla.

En mi sueño veía a dos terribles monstruos, gigantescos, poderosos, violentos pero sobre todo crueles.

La pelea era para saber de una vez por todas quien regiría la tierra por el próximo siglo o tal vez milenio?

La gran batalla se llevaba a cabo frente a los ojos del mundo entero, pero extrañamente los habitantes no parecían darse cuenta, ni de la pelea ni de los grandes estragos que las dos enormes bestias infligían a la tierra con sus armas exóticas; mas extraño aun era que cuando algunas personas se daban cuenta de los hechos la mayoría reaccionaban de la misma forma, con un rápido elevamiento de los hombros, como aquella expresión que hacen los niños cuando quieren decir: no se, no entiendo o será… no me importa?

Pero no todos son tan despistados! Algunos se van dando cuenta… me alegro por un momento pero luego desfallezco ya que a estos inmediatamente se les acerca un grupo de personas y se los llevan ya sea para un bando o para el otro… si… hay bandos, los veo a cada lado de la multitud que trajina distraída. En cada bando la misma escena se repite: hombres y mujeres se suben a una caja y exaltan los beneficios de su monstruo para convencer o distraer a los recién llegados.

Que horror! entoces me doy cuenta… un tercer monstruo, muchísimo mas grande que los otros, pero efímero, transparente, casi invisible excepto por los parches en sus brazos y pecho, me asalta una sonrisa porque me recuerda a un deportista con su uniforme lleno de anuncios, pero en realidad no tiene nada de divertido.

Esta bestia gigantesca lo manipula todo! La batalla y los bandos.

Entre las cortas pausas en la pelea le da armas tectonicas a uno y químicas que envenenan la atmosfera al otro y cura las heridas de ambos; con una sonrisa diabólica el gran gigante se deleita al ver las miradas de adoración que reciben sus mascotas y las que a su vez él recibe de ellas.

Mira la gran destrucción pero no le importa, mas bien le agrada, porque cualquiera que sea el resultado al final todos vendrán a El, rogando por su ayuda, y como gran benefactor por supuesto no podrá negar las semillas modificadas genéticamente, ni los abonos derivados del petróleo, o los químicos necesarios para enfriar el planeta.

Su gran carcajada retumba como trueno, nadie se da cuenta que es a él, quien después de negar por mas de 50 años que sus actividades destruían el planeta, a quien acudirán para “salvarlo” jajay… por un precio… un gran precio.


1 comentario:

  1. Bienvenido Oscar!
    Interesante el enfoque de Héroe. Al final, es el mismo ser humano el que le da forma a la batalla, de un modo u otro (en un bando u otro), las de perder siempre las llevará el planeta.

    Saludos!

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