variopinto

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ANA

“Si dejara de ser sonámbulo
Me extrañaría Ana”
Eliseo Subiela

Ana

Tania Hernández
Era de noche, hacía frio y Ana estaba allí para salvarme. Yo sabía que dormía, más aún, que alucinaba. Pero era un sueño tranquilo, suave, de esos que te hacen cerrar fuerte los ojos para que no se abran con el día y que tu mente los guarde, con los guantes puestos, en el cajón de los recuerdos. Quedaba todavía mucha noche y mucha fiebre. Las alas de Ana estaban dispuestas al vuelo, tan dispuestas como su cuerpo que aterrizaría pronto de su propio sueño, pero que ahora se asía al mío para evitar caer en las profundidades de la nada. Daba saltitos, de repente, cada vez que la madrugada rozaba sus antenas, pero - lo repitió varias veces – había venido a salvarme. De eso estaba segura. Levantamos el vuelo con sus alas y bailamos en el aire al ritmo del jazz que impregnaba el viento - lo cual era inverosimil, porque siempre he sostenido que el jazz no es para bailarse, por lo menos no así, agarrados, pegados, cheek to cheek, pero ¿hay otra forma de bailar en pleno vuelo? -. “Weep no more” nos elevaba mientras íbamos dejando abajo a un grupo de personas vestidas de negro, presididas por mi madre, que rezaban por sus muertos y por sus vivos – mi madre estaba entre los muertos, pero yo aún no lo sabía - unos rezos extraños que más que palabras eran murmullos que en conjunto sonaban a música de programas infantiles ta-tára ta-ta-ta-ta ta-tára ta-ta-tá. Alguien mencionó en voz alta el nombre Gonzo, que, que era como Ana me llamaba cuando éramos niños. Ana, vió que me sentía aludido y sentenció: "Yo no sueño con idiotas inmaduros." Entonces me dejó caer.

Desperté.


Aún antes que las sombras se volvieran gente, intuí que Ana estaba en el cuarto de hospital. Entre la niebla que presidió a la conciencia, había distinguido su silueta seductora. Las alas abiertas alas abiertas me indicaron que por fin me había perdonado.

4 comentarios:

  1. Impecable forma de relatar un sueño. Buenísimo, como siempre

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    1. Mmm... No sé el porqué, ahora no puedo comentar; por eso escribo como respuesta a Olga, aquí sí me deja.
      Y bueno... Quién es Ana? Es que algo acá me suena como a muerte. O no???

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  2. Gracias Olga.
    Luna: pues lo dejé al gusto del cliente ;) El lector decide qué relación tiene Ana con el protagonista y si está viva, muerta, es un ángel, o qué. Yo solo doy estas pistas: conoce al protagonista desde que eran niños, le llamaba Gonzo y tenía algo que perdonarle. Ay algo cercano a la muerte, sí, y está en la fiebre, las alucinaciones y el hospital.

    La intención era hacer un cuento surreal, con varias interpretaciones posibles. Gracias por tu comentario.

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    1. Gracias por tu explicación Tania :) Y felicidades porque tus letras son... exquisitas!!! Hasta prontito!!!

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