100% Algodón y
Olvido
Por Olga Contreras
100% algodón
estampado con serigrafía, nada especial, una blusa sencilla. Por eso es que a
ella misma le extrañó su reacción tan violenta cuando le cayó encima aquella
copa de vino tinto. Como si abrieran una compuerta de golpe, así llegaron a su
mente los recuerdos: agolpados, torrenciales, desordenados, rebelándose a su
encierro forzoso, volviendo a aparecer en su vida sin anunciarse, sin haber
sido solicitados. Recordó palabras susurradas, caricias regaladas, promesas
cumplidas, juramentos rotos, todo aderezado con latidos a paso doble, sabor a
canela, olor a mar y río y aquel color azul matizando cada uno de los detalles
que vinieron a sacarla de su amnesia selectiva.
Con la misma
desesperación de aquella pasión malograda, enjuagó la blusa una vez tras otra, con jabón, con sal, con vinagre,
con todo lo que le recomendaran. No podía pensar que una mancha tal maculara su
nostalgia.
Mientras la lavaba,
lloraba. Se fijó como las lágrimas iban haciendo la labor limpiadora que los
más finos detergentes no pudieron. Y con cada gota un recuerdo menos, una
punzada que se iba, un dolor que se calmaba, un fuego que –así como había llegado-
se iba de regreso a la esquinita derecha del lóbulo frontal. Gota a gota, vio
desaparecer fragmentos de su propia vida, de aquel amor de cuerpo perfecto; de
la sonrisa tatuada en su alma por dos años y del descubrimiento que la cambió
en una mueca de dolor por otros dos años más, de su decisión, de la dolorosa despedida donde
se dejó el corazón usando una sencilla blusa 100% algodón.
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