variopinto

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Conejitos Blancos


Conejitos blancos
uno no va a ponerse a explicarle a la gente que de cuando en cuando vomita un conejito...
(Carta a una Señorita en Paris", Julio Cortazar).

Por Patricia Cortez




vi el conejito. Mayling se sentó en la acera y volvió a repetirme: vi el conejito.
Yo nunca le presto atención, Mayling tiene los ojos pequeños y como cerraditos y yo siempre pienso que no puede ver, tal vez imagina que mira.
Me seguía chupando el dulcito que Matilde me dio cuando salió a la calle, Matilde se queda conmigo en las tardes, mientras mi mami trabaja, me deja sentada aquí con Mayling, yo la veo en la esquina platicando con Mario mientras Mayling y yo comemos dulcitos y jugamos con tierra en la acera.
Entonces, cuando ellos terminan de platicar, Matilde viene y me jala de la acera y Mayling se queda diciendo adiós con la manita. May Ling vive a la par de mi casa y a veces, su mamá le dice que se quede con nosotros.
Vimos los conejitos el martes, estaban en el patio de atrás de Don Javier, eran blanco y bonito, pero luego lo vino a traer un hombre y ya no pudimos verlo por los agujeros de la puerta de madera.
Mayling es un poco tonta, se rie de nada y le gustan los conejitos, a mi también me gustan, pero no mucho, se mueven y no se dejan tocar.
Los conejitos blancos dejaron de aparecer la tarde cuando Matilde estaba abrazada y desnuda con Mario, Mayling y yo los vimos a ellos por la ventana, nos dejaron solas en el patio, atrás de la casa, había una pared y no podíamos ver más conejitos.
MayLing me dijo que nos subiéramos a un árbol para ver, allí estarían los conejitos blancos, yo fuí primero y llegué hasta arriba de la pared, desde allí se miraban todos dando saltitos, eran muchos, unos pequeñitos como bolitas y otros más grandes.
Mayling me jaló el vestido para que la dejara ver también, me bajé y ella subió con cuidado.
No sé si vio algo, con esos ojitos alargaditos.
De repente gritó, muy fuerte, y luego se resbaló y se cayó en el cemento.
Matilde salió corriendo y sólo tenía puesto el calzón, se agarraba las chiches y atrás de ella Mario venía subiéndose el pantalón, los dos agarraron a May ling, y Matilde gritaba "chinita tonta, te vas a matar".
yo me mataba de la risa, y Matilde dijo que la MayLing sólo tenía un enorme chinchón en la cabeza.
Entonces entró mi mamá y le gritó a Matilde que se fuera, y agarró la escoba y golpeó a Mario varias veces.
Desde ese día ya no vino la chinita, ni Matilde y yo no he vuelto a ver otro conejito blanco.

3 comentarios:

  1. Me gustó mucho. Solo que hay algunos errores, en donde mezclas el plural y el singular, por ejemplo:
    "Vimos los conejitos el martes,...,eran blanco y bonito, pero luego lo vino a traer un hombre y ya no pudimos verlo". Eran varios conejitos, así que "eran blancos y bonitos, y ya no pudimos verlos". También lo de May Ling, Mayling, y MayLing, es un poco confuso. Y que empiezas algunas oraciones con minúscula.
    Pero todas son pequeños errores que se corrigen facilmente.
    Todo lo demás, está bien. La mezlca de lo tierno de los conejitos, con la total falta de sensibilidad y empatía de todos los personajes es muy interesante.

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  2. si, pero ya no lo corregí otra vez, el problema de no volver a leer los cuentos otra vez. gracias por la apreciación.

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  3. Perdón, tal vez no me di a entender como quería. Con lo de que se "corrigen facilmente" quería decir que son errores mínimos y que no merman la calidad del texto, que me pareció muy bien.
    Y buena onda por la referencia al cuento de Cortázar. No lo conocía, lo busqué y lo encontré en internet.
    Saludos.

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