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La montaña soñolienta

La montaña soñolienta
(Por Alvaro Montenegro)

La montaña duerme porque ha trabajado durante siglos. Descansa mientras ve pasar el tiempo. Los animales juegan y saltan, sin exaltar el humor de la montaña. Nacen, mueren y corren sin dirección aparente. La lluvia cae esporádicamente y parece gustar a la montaña que se esmera en esperar. Se esfuerza en parecer únicamente un paisaje para una tremenda postal. La montaña posa y sonríe internamente ante aquellos que observan su magnificencia. Los entiende, no son más que humanos. En eso, la montaña despierta de su sueño y siente costras que le impiden el movimiento. Escucha taladros y pequeños carros moviéndose en sus faldas. Espera de nuevo, asombrada. Algo teme. Algo pasa. La montaña cruje cuando un taladro la perfora hasta hacerle destrozar su mejía. Siente un punzante dolor. Le sale sangre. Le extraen su sangre. Ni siquiera ella sabía que tenía la sangre negra. Y se la llevan y se pregunta qué harán con su sangre. ¿La necesitará otra montaña? Cada día se entumece más su alma y se siente más pequeña. Sus brazos se acortan y su piel se seca. Ya no puede ni siquiera dormir por el ruido. Hasta que se siente desfallecer y toma su última energía. La lava que estuvo dormida durante milenos se mueve entre las cortinas de tierra y piedra. La montaña la jala hasta que se zarandea ininterrumpidamente durante treinta segundos. Explota la lava y se sacude esa basura que casi le ahoga la garganta. Y la garganta de un voceador, una mañana después, anuncia en una esquina, a la sombra de un semáforo: ¡Terremoto, terremoto!

5 comentarios:

  1. Es imposible no conmoverse al ver como las empresas petroleras hacen dinero dejando tras de si tanta miseria. El mundo esta cobrando ya, la salvaje forma de explotación. La montaña es nuestra hermana. Breve relato, me gustó.

    lester o

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  2. ¡guau! gracias por escribir tanto grano con tan poquitas palabras

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  3. Se me olvidó mencionarlo, es "mejilla".

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  4. Buen cuento Álvaro. Claro y corto.
    Sobre el tema, creo que las petroleras solo son la punta del iceberg, no habrían petroleras si no existiera necesidad de petróleo para producir satisfactores para las personas. Todos nosotros consumimos petróleo, en cualquiera de sus derivados (a menos que andemos en bicicleta, no consumamos productos empacados en plástico y en nuestras casas tengamos generadores solares de energía...)
    Pero el tema si va por allí, no somos conscientes del daño que hacemos sino del beneficio que obtenemos, nada más.

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