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Hollywood II

Hollywood II
(Por Fabiola Arrivillaga)


Alicia vivía en el país de las maravillas cuando nació su hija.
Durante los años que vivieron juntas, se esmeró por criarla conforme a los más arraigados principios académicos. De esta cuenta la pequeña, que había sido bautizada como Giselle por sus encantos, se encariñó con un cerdito como Fern en “Charlotte's web”, inspeccionó terrenos peligrosos como cualquier “goonie”, se volvió una “Lolita” durante su adolescencia y se embarazó como “Juno”, se mudó a Montmartre a vivir con una sonrisa bien puesta y se cambió el nombre a Amélie. Durante esa etapa la abandonó el novio, que no soportó ni un minuto ese carácter horrible de Melvin Udall que había desarrollado, y que sólo las meseras rubias y delgadas podían tolerar. Tras dar a luz en la sala de emergencias de un hospital plagado de enfermos epidémicos, tomó la decisión de enviar a su bebé por correo a una tía, que luego iniciaría, con la cara del bebé como bandera, un próspero negocio de compotas; entonces, enloqueció y se volvió un monstruo, tan parecido a Kathy Bates en “Misery”, que hasta ella misma se daba miedo. Sola, aislada en su cabaña, pero en paz con su destino, la muerte la sorprendió cuando un montón de marcianos descendieron de los cielos en pleno 15 de septiembre.
Alicia cumplió bien su propósito, pero olvidó enseñarle a la hija que toda película puede retrocederse o ponerse en stop.

5 comentarios:

  1. Buena moraleja.
    Hay que saber de cine ó tener las herramientas a mano para entender a cabalidad el mensaje que la escritora quiere transmitir, hace buen uso de la infinita gama de personajes que Hollywood ofrece.

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  2. Qué vida más movida. Como dicen, "cuando la realidad supera a la ficción" jajajaja.
    La frase final, de que las películas se pueden retroceder, me gustó.

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  3. Pasa en la vida real, pasa en las películas...buenísimo..

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  4. Hola, Fabiola, para serte sincero me quedo con Hollywood I. Este está entretenido pero me gustó más el otro.

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