La Nena
(Por Olga Contreras)
Desde antes de nacer -la nena- ya tenía trazada una vida de princesa. Sábanas de seda, ropa europea, finas joyas, niñeras especializadas, viajes exóticos, zapatos más caros que el salario mínimo, amistades escogidas en colegios apropiados a su condición, antes que la nena tan siquiera pidiera algo, ya lo tenía. Nunca se había visto a una damita tan joven, tan bella, con tan bellos modales y ojos desiertos de emoción. Y así creció la nena, llena de todo, completamente inútil a pesar de su educación en Francia, Italia, Inglaterra, Suiza, con títulos obtenidos en temas superficiales, inservibles, vanos como ella. La juventud se fue y la nena ya arrugada se quedó sola, con sus zapatos Ferragamo y sus carteras Vuitton, sin pareja pues nadie estuvo jamás a su altura, sin amigas pues todas rápido se olvidaron de ella. Y así murió la nena, llena de todo, vacía por dentro. La vida pasó por ella sin dejar huella y ella pasó por la vida cual fantasma sin poder tocar a nadie.
Creo que podrías omitir "-la nena-" porque con la lectura queda claro que hablas de ella y más con el título.
ResponderEliminarMe gusta ese "y ojos desiertos de emoción" pero a lo mejor podrías poner en lugar de ese "y" por un "pero con" para darle un poco más de fuerza."pero con ojos desiertos de emoción".
Me gustó mucho la última frase.
Gracias, desgraciadamente está basado en una "nena" que conozco. Tanta educación desperdiciada, lo que no haría uno con esa oportunidad. Quise repetir y repetir 'la nena' para hacer énfasis en que a veces los padres somos los que etiquetamos a los hijos y los podemos anular como en este caso.
ResponderEliminarBuena moraleja.
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