variopinto

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Club Guatemala

Club Guatemala
(Por Alvaro Montenegro Muralles)

Salieron del Club Guatemala los tres hombres con pasos largos y la frente erguida. José caminaba componiéndose el chaleco y mordiendo un habano traído de su último viaje a la ciudad del pecado: de los casinos, las morenas y los mojitos. Abel reía de las anécdotas del viaje y se quitaba el sombrero largo para no botarlo. Y Jesús, dos pasos atrás, se acomodaba el chaleco gris como sus días. En eso se apareció un mendigo arrastrando los pies descalzos:

― Jefecito, regáleme veinte centavos por vida suya. Para quitarme esta goma…

― ¿Seguro, muchacho, que es para la goma? ―respondió José con una bolita de humo marcando cada palabra dictada. Se despegó de los labios el habano acomodándolo entre el índice y el de en medio.

― Sí, seguro, por diosito que sí.

― A bueno. Es que el otro día le di veinte centavos a Jesús ―mientras lo señalaba con el habano― y después me lo encontré despilfarrándolo con la familia.

José reía junto a la risa de Abel servía de sombra. Y continuaron los dos, con Jesús atrás, su paso hacia la Casa Presidencial.

4 comentarios:

  1. Me gustó, creo que es un cuento corto que da para mucho más, si te extiendes creo que se puede volver mucho más interesante. Escribes muy claro, seguro que un cuento más largo sería mejor aún.

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  2. ¡Buenísimo! pero sí se queda uno con ganas de más...

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  3. Me gusto. Es elegante y desenmascará. Hoy brindo por ese cuento...jajaja.

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  4. Corto… pero bueno, sarcástico con matiz político, excelente para publicarlo en prensa libre.

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