variopinto

variopinto

El camino sin caminante

El camino sin caminante
Por Olga Contreras



¡ESTO ES UN ASALTO! dijo con voz más temblorosa que su mano obviamente muy pequeña para tremenda pistola.
Siempre había oído cuentos guajiros que cuando alguien estaba cercano a morir veía en fracciones de segundo las partes más relevantes de su vida. Ella no iba a morir en aquel lugar, estaba segura, pero lo que sí vio fueron los momentos que la empujaron a ése momento.
Recuerdos grabados a fuerza de pasión; caricias tatuadas en la piel con su boca y una ilusión muerta que necia seguía anidada en su corazón. Una vez las manos del amante recorren el cuerpo, dejan surcos y marcan senderos, pero ahora era un simple camino sin caminante.
¡QUE ESTO ES UN ASALTO, CARAJO! ¿ACASO NO ME ENTIENDE?- repitió, pero esta vez sus ojos inyectados si infundían un poco de temor.
- Pero, señora, éste es un banco de esperma…alcanzó a titubear la enfermera.
- ¡YA LO SÉ! Gritó entre llanto. Deme la muestra del señor Antonio Ortega o no sé lo que soy capaz de hacer.

4 comentarios:

  1. Logras, con los títulos de tus relatos, dar pie a estos. Es algo, que personalmente me cuesta mucho. Hay veces que tardo más en definirlos, que en escribir el relato ¿cómo lo haces? ¡genial!

    ResponderEliminar
  2. ¡Que belleza! ¡Genial, divertido, genial! Gracias, Olguita.

    ResponderEliminar
  3. Me encantan estos cuentos concentrados. Divertido y a la vez serio. Muy bueno.

    ResponderEliminar