variopinto

variopinto

El Vecino

El Vecino
Por Olga Contreras



Las camas tienen memoria. Y buena. Todo comenzó cuando alquilé el pequeño chalé del vecino. La habitación principal tenía una cama que había pertenecido a él y que estaba bastante kilometrada por lo que pude absorber de las noches en que ahí dormí, porque de repente, sin yo quererlo,  en sueños comencé a oír cómo la cama confesaba sus secretos, todo lo que en ella había pasado. Bendito mueble, no conocía el secreto profesional y mientras más hablaba, más me daba qué pensar. Ya nunca pude ver al vecino con los mismos ojos. Cada noche se me contaba una historia diferente que me envolvía en un sudor absoluto y dejaba en mí una sonrisa que duraba hasta el mediodía. Quién viera a mi vecino: callado, absorto, un poco introvertido, mucho aire intelectual,  no pudiera imaginarse uno que tuviera dentro suyo esa clase de pasión. Al principio peleaba con esas imágenes y al sentirme en medio de un nuevo capítulo me obligaba a mi misma a despertarme aunque al día siguiente las ojeras me llegaran a la boca. Pero con el tiempo y al ver que la cama seguía hablando por los codos, me dejé vencer y simplemente me sentaba junto a la ventana esperando a que el vecino se pusiera al piano a tocar una gymnopedie, la cual servía como un exquisito preámbulo para lo que estaba por soñar.

Nunca olvidaré la cara de sorpresa de mi vecino un día que no pude más y le dije “Gracias por todas las noches que me ha dado”. 

4 comentarios:

  1. Se me antoja dormir en la cama de tu vecino, pero con el vecino incluído, jajaja, está buenísismo

    ResponderEliminar
  2. Hola Olga, no sabía que era un "Gymnopédie", cogí mi diccionario: pieza ligera pero atípica que desafía deliberadamente numerosas reglas... este rechazo desvergonzado por las convenciones...es llevada por una fuerte carga emocional y la elegancia de la narración.
    Pues que bien, me viene al pelo para definir tu relato, y añadiría: ¡calentito!

    ResponderEliminar
  3. Elena: en este caso me referí a la Gymnopedia 1 de Satie, creo que es mi pieza favorita para piano. Gracias por tus comentarios.

    ResponderEliminar
  4. intelectual y apasionado... Olga, cuándo lo presentas! jajajaja

    Eso sí, yo, al contrario de Nicté, lo querría para mi cama, porque eso de que ella (la cama) ande contando todo lo que hicimos ;)

    Muy buen cuento! Nos despertó a todas la fantasía. :)

    ResponderEliminar