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Justicia divina


Justicia divina
Por Fabiola Arrivillaga

“Humillémoslo y atormentémoslo para conocer hasta qué punto se mantendrá firme y probar su paciencia. Condenémoslo a una muerte humillante, ya que, según él, Dios intervendrá en su favor”.
Sabiduría, 4, 19:20

“A los pobres nos toca porque nos toca. Los justos nacimos para sufrir, usted. Dice el “Hermano J.C.” que en Sabiduría está escrito eso de que tenemos que ofrecer 'pequeños sacrificios' y que la fe nos hará merecernos el paraíso. A saber. Porque ése pastor, el Juvencio, ése que fue del vecindario, dice que él ya está recibiendo el favor de Dios, pero yo no le veo todavía los callos en las manos, ni las lágrimas del duelo, ni se le ha tostado la piel con el sol. Ve, ayúdeme por favor, seño, que como pesa hoy. ¿Ya vió? Ni venta hubo. ¡Ah malaya me hubiera quedado de mala persona y no de justa!”.
(Teresa termina de entorchar la servilleta de tela, la enrolla como un caracolito, se la pone en la cabeza. Con dificultad, levanto el canastón y corono aquel robusto cuerpo. Ahora lleva la carga de la vida, las papas, los güicoyes, los hijos, el marido y el pastor; con una amarga sonrisa burlándose de la entonación dolorida de sus alabanzas).

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“¿El Juvencio? Si ése era mi mero socio, mi hermano, pues. Mi tapón en todas las travesuras, usted. Nos criaron juntos cuando nos vinimos de Tejutla, vivíamos en el mismo cuarto. Sólo que ahora le dicen “Hermano J.C.”, y es doctor, santo, apóstol, profeta y no se que tantas babosadas. Ladronote es lo que es, coche, corrupto. Ya ve, yo fui el que me metí a la mara, yo el que salí herido y ese pisado el que se volvió criminal. Por allí me dijeron los cuates que ése recibe pisto del narco, usted, pero mejor ni hablar que nos quiebran el c...Ay, perdón, es que no soy un tipo educado. Soy un patán, vea. Soy un pecador. Pero yo sí que no me convierto, yo sí no”.
(La champa del “Jetas”, triste cuartucho de lámina, oscuridad, humo, tristeza, guarda solita tanto odio como todo el del mundo. Pero también melancolía. Y bondad. Un rayito de sol se cuela por una gotera y se dirije - ¿quién lo diría? - a una foto instantánea, una polaroid de hace tres décadas, el par de güiritos sentados en el burro afuera del Santuario de Guadalupe, vestidos de inditos mexicanos y con los bigotes mal pintados. Sus madres sonríen. Ellos también. ¿Quién como el pobre para la inocencia, quién como el niño, quién?).

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(98.7 F.M.; 10:16 de la mañana)
“Noticia de última hora. El líder religioso Juvencio Ambrosio, el “Hermano J.C.”, ha sido secuestrado, hace pocos minutos, en el salón comunal del asentamiento “Los Justos”, por un grupo de vecinos. Ambrosio se encontraba realizando una visita social junto a seis empresarios extranjeros y alrededor de una docena de colaboradores locales . Ahora se encuentran retenidos contra su voluntad, rodeados por una enardecida turba que no ha expuesto a la prensa sus demandas. Esté al tanto, más adelante le seguiremos informando”.
(Música incidental. Enciendo un cigarro. Automáticamente, sin pensar, voy al sitio).
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“¡No queremos más de tu justicia!¡No queremos más de tus sermones!¡Ya nos convenciste una vez, pero ahora nos cansamos!¡Veinte años de aguantar!¡Veinte años de alimentarte!Decis que Dios te ha hablado, Dios en persona. ¡Que te hable ahorita!¡Ni se te ocurra lanzarnos uno de tus manoseados versículos! Para mí que vos ni en Dios creés...¡Ya no más ver a las abuelas cargando bultos!¡Ya no más mujeres y chavos explotados en las fábricas!¡Ya no más güiros en el semáforo, sin comer y sin estudiar!¡Ya no más de tus guaruras y su talacha!¡Ya no más ejércitos de ladroncitos y “dilersitos” para engordarte la barriga!¡Ya no más “Hermano J.C.”! ¡Vos no sos nadie!”
(La comunidad aclama al “Jetas”, los presentes aplauden frenéticos y se lanzan hacia el hombrucho aquel, hasta dejarlo convertido en una piltrafa. No quedan guaruras ni comitiva que le defienda, hace rato se disolvieron discretamente entre las masas).
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“¡Hermanos, hermanos!¡No os hagáis los sordos ante la palabra de Dios!¡Yo soy testigo fiel de su voluntad, hermanos! Gracias hermana, por su caridad...¡Bendito sea el Señor, que todo lo ve y que bendice esta moneda que hoy me permitirá, ME PERMITIRÁ EN SU BONDAD INFINITA, meterme un pan a la barriga! Porque en Sabiduría está escrito, así lo dijo el rey Salomón, que los pecadores declararon, desafiando la inmensa gloria de Dios, aquellas horrendas palabras 'Humíllèmoslo y atormentémoslo para conocer hasta qué punto se mantendrá firme y probar su paciencia'. Porque Dios bendice a los pobres, por unos pocos sacrificios será grande la recompensa, así dice el Señor. Mientras que los pecadores, ¡ay de los pecadores!, 'sus mujeres serán alocadas, sus hijos malvados y maldita será su descendencia', eso dice el Señor!”
(El loco de ropas rasgadas ya ni siquiera sabe quién es ni quién fue. Lleva años recitando versículos sin coherencia, talvez inventados, en esta misma esquina. Le hago un par de fotos, lo saludo, no me conoce. Nunca me vio. De un lujosísimo último modelo sale el grito sin rostro, '¡Papá!, y vuelan por los aires algunas, no muchas, monedas de Q1. El loco cae de rodillas y se arrastra por ellas. El carro se va. Y yo también).

5 comentarios:

  1. perdón, problemas técnicos...no salieron las cursivas...lástima, porque le dan intención a las palabras...Por cierto, no pude comentar el cuento de Manuel en el cuento de Manuel, pero comento acá (ojalá lo leas).
    Me encantó esa manera tan guatemalteca de traducir las bodas de Canaan. Me gustó mucho el cuento, tan realista. Solo me queda una duda, si es válido usar los signos de admiración solamente para cerrar oraciones. Porque, según yo pero no cuento con mucha vigencia, hay que abrir y cerrar, van por pares. Pero me gustó mucho.

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  2. Efectivamente, hasta donde sé, en español es imperativo abrir y cerrar los signos de exclamación e interrogación.

    Fabiola: Me gustó la estructura de tu cuento. La técnica que desarrollaste se me hace muy buena y que no cualquiera puede. Te felicito. Sólo en el último párrafo - y para nada digo que sea algo malo, si así lo querías - no entendí al cien, aunque lo asumí, que el hombre era Juvencio...¿era él?

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  3. Juan, gracias por el comentario. La intención mía es suponerlo, sin destaparlo...Es decir, es algo así como un "cuento interactivo" para que cada uno le ponga lo que le falta y concluya en que el mendigo es Juvencio. Exacto, se trataba de asumir. En todo caso, fue un experimento con una técnica que no había probado...

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  4. Fabiola, muchas gracias por tu comentario sobre mi cuento, de verdad, viniendo de ustedes es un verdadero halago. En el siguiente (así con halagos ya me gustó la cosa jejeje) pondré más atención en los signos de puntuación y normas. Juan, dónde puedo leer sobre eso porque desde que soy chavito Idioma fue una clase que siempre me costó.

    Me gusto tu cuento, coincido con Juan, el último párrafo me costó un poco y de hecho lo leí dos veces y no sabía si era Juvencio o era una imagen separada pero al mismo tiempo un “link” de lo que habías puesto antes. A mi se me hizo muy familiar porque por mi ruta, en fines de semana siempre hay una persona así, no tan “loco” visualmente pero me hizo pensar en qué habrá detrás de todo ese “show” callejero. Aparte, es muy interesante darte cuenta que lo que escribes es una realidad en nuestro pueblo, así funciona en muchos ambientes pero no quiero motivar ninguna discusión teológica ni nada.

    De nuevo, gracias por tu comentario.

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  5. Me gustó mucho la estructura del cuento. Y tienes razón, qué coincidencia con el tema.

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