variopinto

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El Encuentro

EL ENCUENTRO

Por Olga Galvez

No sabia que hacia tanto calor aquí. El sopor de la tarde se metía directamente por la nariz hasta llegar a los pulmones. Pero no era la temperatura la que me tenía tan caliente, era otra cosa, era la espera, la espera de más de 5 años para volverlo a ver. Nada quitaba esta sensación de calor insoportable, ni el aire acondicionado destartalado que hacía mas ruido que otra cosa, ni la ducha fresca en ese baño viejo y lleno de moho como todo aquel hotel mísero en que esperaba a que finalmente llegara él. La verdad es que no me importaba el lugar, ni la situación en que se iba a dar el encuentro, pues era mi alma, mi imaginación mezclada con los recuerdos y mi cuerpo los que anhelaban su cuerpo, su experiencia, su vida, sus promesas de cometer locuras. Por eso era que había llegado hasta aquí. Justo en ese momento me di cuenta realmente cuánto lo extrañé todos estos años, cuánta falta me hizo tenerlo en mi vida y yo poder compartir la suya y esa realidad me cayó de golpe, como si en un momento hubiese envejecido esos mismos cinco años que dejé de verlo. Y el momento llegó…

Sentí cómo mil pensamientos se agolparon en mi mente cuando oí que tocaron la puerta, no sabia que podía pensar tantas cosas al mismo tiempo. ¿Qué iba a pasar ahora? ¿Qué iba a pasar después? ¿Volvería a sentir lo mismo que antes? Todo pensamiento lógico e ilógico, alguna duda, cualquier certeza anterior dejó mi mente en el momento que abrí la puerta y lo vi allí, parado frente a mí de nuevo, más viejo, más corpulento, mas mío que nunca. Solo alcancé a oír el ruido de su maleta al caer al piso y mi voz diciéndole cuánto lo amaba, cuánto lo había extrañado, cuánto lo necesitaba. No se si él dijo algo -nada relevante al menos- pero sus labios y sus caricias hablaron por él y me llenaron de palabras silentes y húmedas que nunca pensé que existieran.

La piel si tiene memoria, lo supe en el momento en que me besó, pues reconocí enseguida el sabor fresco de su boca y el dulce sabor de su sudor.

Durante meses nos escribimos cartas interminables, hablamos de todo y de nada, dejando sentir en cada oración la ilusión de la espera, la pasión guardada, el amor prometido y ahora finalmente esa historia se estaba escribiendo en mi piel donde nadie puede borrarla, como si se tratara de un tatuaje bordado con el fuego del deseo y la pasión que finalmente conocí en sus brazos.

Tantas veces soñé despierta este encuentro, pero por primera vez mi imaginación se quedo corta y no importó el terrible calor, el ruido del aire acondicionado, el bullicio de la calle del pueblo, el agotamiento físico, la interminable inseguridad en mi mente, aquel hotelito espantoso. Solo importaba la satisfacción de estar entre sus brazos, entre sus piernas; la suave sensación de saber que respiraba su dulce aliento, la certeza que en aquel momento y aunque fuera solo por ese instante, el era mío y yo de él, cinco años después.

6 comentarios:

  1. Excelente cuento Olga, excelente. La narrativa, la forma en que se puede experimentar el sentimiento por medio del cuento. Muy bueno, gracias.

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  2. Muchas Gracias Manu por su comentario! Es mi primer cuento, pero si quiere leer algo mío pero muy diferente, métase a mi blog vidaalas4decadas.blogspot.com

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  3. ¡Yo también la felicito, Olga! El cuento fluye perfecto, las sensaciones no pudieron ser mejor transmitidas. Mi único comentario es aclarar que las veces que utilizó la palabra "solo", ésta debió tildarse. Cuando en un texto la palabra "sólo" puede sustituirse por "solamente", entonces en ese caso se tilda. También se tilda el "sí" cuando es de afirmación.

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  4. A quien subió el cuento, aguas: usaste el mismo acrónimo (OG) para Olga Gálvez y para Orlando Gross...eso puede confundir a la mara y que no lean ambos por pensar que está repetido.

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  5. Tengo 20 Años de vivir con Olga, y ella es una caja de Sorpresas: Cuando me mostro el cuento, le dio clavo: Miren ese resultado...Me siento orgulloso de vos, mi amor, segui..Te vas a superar vos misma.

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  6. Gracias Juan por tus comentarios, esos errores los corregiré para una próxima vez. Con respecto al nombre, yo mandé mi cuento firmado como Olga Contreras (nombre de soltera) pero se me hace que la información de mi cuenta de correo aparece como Olga Gálvez. Por supuesto que no quisiera causar problemas con Orlando.
    Gracias Gerar, ya aprendí algo tuyo en éstos 20 años...

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