variopinto

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Maniquí

Maniquí
(Por Manuel Solórzano)

¡Solo eso faltaba! ¡En vitrina! Ganas no le faltaban para salir corriendo. Ira y nostalgia de aquellos felices días que pasó en el interior de una tienda de ropa de caballero, bien vestido, distinguido; camisa Lacroix, pantalón y cincho Ralph Lauren, zapatos Johnston & Murphy y una elegante gabardina Gucci. Eso era vida. Pero todo había cambiado desde aquel día fatal de remodelación, cayó desde el segundo nivel rompiéndose y separándose en partes. Solamente lograron recuperar las piernas, la cabeza y el orgullo malherido. Lo vendieron en ganga a una boutique de ropa de dama en donde le ensamblaron las piezas que faltaban. Senos enormes, nalgas enormes, cintura diminuta y una ropa con que no lo vestían, lo untaban. Despreciaba su existencia. Lo peor era cuando paraban las camionetas enfrente de la vitrina, había llegado a contar hasta 19 hombres y 3 mujeres con las miradas fijas en su escote, ojos desorbitados y saliva a punto de caer. Sentía morir de vergüenza. Lo único que evitaba su suicidio era que a veces lo colocaban en el área de vestidores.

4 comentarios:

  1. Divertido, original y bien escrito como siempre.

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  2. De subito me enviaste a las vitrinas de la sexta, me hiciste sentir nostalgia, eso es bueno.

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  3. Muy bien escrito. La historia del maniquí, transexual a la fuerza, es creíble e interesante. Muy bien.

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  4. yo sentí lástima por el pobre maniquí, ya quisiera yo cambiarme de partes, una panza menos, brazos mas fuertes, maniquí cerote, ya no siento lástima, ahora lo envidio, hahahahha

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