variopinto

variopinto

PARA EL MOMENTO DE BAILAR

Para el momento de bailar
María Hernández
Mi torpeza se hace evidente en el baile: Las notas musicales levitan en el pentagrama que envuelve mi cuerpo, convirtiéndose en la prisión de la comodidad. Los sonidos ingresan por mi oído derecho y atraviesan la caja cerebral donde son procesados y ensamblados sin lograr la coordinación con los movimientos corporales. Rápidamente visualizan la señal de salida por el oído izquierdo y dirigen su marcha, uno tras otro, hacia los destellos de luces coloridas del salón, salen a toparse con otro ente que pueda con ellos y los teja a sus movimientos, encajando perfectamente.

Levanto un brazo, al mismo tiempo que flexiono las rodillas, la cintura protesta, quedándose estática; la cabeza hace movimientos circulares al mismo tiempo que dirige y posiciona los ojos en el resto de los bailarines. ¡Aaahhh! Creo que esto es demasiado para mí. Cierro los ojos por un momento, mientras siento tambalearme como un preludio a la caída que sacude en el suelo hasta las mitocondrias de mis células. ¡Wow! ¡Esto sí que es un baile intenso!

1 comentario: