La oportunidad de su vida
(Por A.Quisquinai)
Espero 15 largos años y a pesar de todo llegó y cumplió con su sueño, pero acabo con los sueños de muchos...
No fue un brillante estudiante, pero Alvarenga, como le decíamos cariñosamente, no era malo para el estudio, siempre fue dedicado y cumplía con sus tareas, era muy formal, muy decente, de la familia ni hablar. Como todos a esa edad, menos yo, aprendió a fumar y también a chupar, pero como les dije a esa edad todo parecía normal. También aprendió a enamorar, pero le costaba besar, obviamente eso no lo hago constar, sino imagínense, que clavo, que no sea motivo de especular.
Su infancia en general superaba la de muchos y penalidades nunca pasó, bien hubiéramos querido muchos de esas condiciones disfrutar, bueno, el más pelado era yo, pero aun siendo así me aceptaban, talvez por mi forma clara de hablar, sin embrujos pero eso sí, sin tapujos, mirando siempre a los ojos y algunas veces sin las consecuencias medir. Aun recuerdo, me decían, No seas bruto patojo, fíjate para hablar.
Vino la secundaria, yo los tuve que dejar, mi papá a otro lugar se fue a chambear y junto con él toda la familia con las respectivas chivas tuvimos que acarrear.
Pasaron varios años, para en la U volverlos a encontrar, Yo trabajador que estudiaba, otros Estudiantes que estudiaban y otros Estudiantes que se la pelaban. Todos fuimos ganando los cursos, dándonos el tiempo justo para cumplir con el lema NO ES CARRERA DE CABALLOS, retranqueando y con 51 ganando. Solo la Nobleza de aquella casa de estudios, nos permitió graduarnos en educación superior, otra hubiera sido, no nos habría aguantado, la vergüenza el pisto se hubiera acabado y no nos hubiéramos titulado.
De la vida profesional, cada quien siguió su rumbo, y era cada vez más difícil compartir, fuimos viviendo cada quien nuestras vidas, fuimos cogiendo cada quien su camino a sus anchas, fuimos tejiendo cada quien su tela de araña y algunos fueron aprendiendo algunas mañas.
Vinieron los fracasos y también éxitos, las metas y los sueños que algunos más o menos los fueron convirtiendo, Yo no me arrepiento, mi carácter me permitió lograr el mío, no con mucho bombo ni platillos, pero sin ninguna tacha, valga decirlo gracias a mi tata, que de sus consejos aprendí que el trabajo dignifica, que el que madruga Dios lo ayuda, que hay que ser responsable, que hay que ser educado, pero no culebra ni arrastrado, que hay que saber escuchar pero no hay que quedarse callado, mucho menos las orejas agachar, cuando por los derechos hay que luchar. Que no se toca lo ajeno, que el que roba a su alma da veneno. Que hay que dejar un legado, para que cuando llegue el llamado, este todo superado.
Alvarenga no fue la excepción, más bien dicho fue la decepción, uno de esos malos días, el camino de la política quiso tomar, sin ni siquiera pensar la sorpresa que la vida le iba a dar, después de en ese campo bregar y de mucho batallar…
No fue un brillante estudiante, pero Alvarenga, como le decíamos cariñosamente, no era malo para el estudio, siempre fue dedicado y cumplía con sus tareas, era muy formal, muy decente, de la familia ni hablar. Como todos a esa edad, menos yo, aprendió a fumar y también a chupar, pero como les dije a esa edad todo parecía normal. También aprendió a enamorar, pero le costaba besar, obviamente eso no lo hago constar, sino imagínense, que clavo, que no sea motivo de especular.
Su infancia en general superaba la de muchos y penalidades nunca pasó, bien hubiéramos querido muchos de esas condiciones disfrutar, bueno, el más pelado era yo, pero aun siendo así me aceptaban, talvez por mi forma clara de hablar, sin embrujos pero eso sí, sin tapujos, mirando siempre a los ojos y algunas veces sin las consecuencias medir. Aun recuerdo, me decían, No seas bruto patojo, fíjate para hablar.
Vino la secundaria, yo los tuve que dejar, mi papá a otro lugar se fue a chambear y junto con él toda la familia con las respectivas chivas tuvimos que acarrear.
Pasaron varios años, para en la U volverlos a encontrar, Yo trabajador que estudiaba, otros Estudiantes que estudiaban y otros Estudiantes que se la pelaban. Todos fuimos ganando los cursos, dándonos el tiempo justo para cumplir con el lema NO ES CARRERA DE CABALLOS, retranqueando y con 51 ganando. Solo la Nobleza de aquella casa de estudios, nos permitió graduarnos en educación superior, otra hubiera sido, no nos habría aguantado, la vergüenza el pisto se hubiera acabado y no nos hubiéramos titulado.
De la vida profesional, cada quien siguió su rumbo, y era cada vez más difícil compartir, fuimos viviendo cada quien nuestras vidas, fuimos cogiendo cada quien su camino a sus anchas, fuimos tejiendo cada quien su tela de araña y algunos fueron aprendiendo algunas mañas.
Vinieron los fracasos y también éxitos, las metas y los sueños que algunos más o menos los fueron convirtiendo, Yo no me arrepiento, mi carácter me permitió lograr el mío, no con mucho bombo ni platillos, pero sin ninguna tacha, valga decirlo gracias a mi tata, que de sus consejos aprendí que el trabajo dignifica, que el que madruga Dios lo ayuda, que hay que ser responsable, que hay que ser educado, pero no culebra ni arrastrado, que hay que saber escuchar pero no hay que quedarse callado, mucho menos las orejas agachar, cuando por los derechos hay que luchar. Que no se toca lo ajeno, que el que roba a su alma da veneno. Que hay que dejar un legado, para que cuando llegue el llamado, este todo superado.
Alvarenga no fue la excepción, más bien dicho fue la decepción, uno de esos malos días, el camino de la política quiso tomar, sin ni siquiera pensar la sorpresa que la vida le iba a dar, después de en ese campo bregar y de mucho batallar…
Bienvenido, no creo haber leído nada suyo antes ¿o sí? Me gustó su cuento, no entendí el uso de rimas en ciertas partes, pero es comentario muy personal. Revise bien la ortografía y gramática y uso de tildes y comas, pues en algunos casos pueden cambiarle el sentido. Ojalá sigamos leyendo cosas suyas. ¿Su nombre? sólo puso A...
ResponderEliminarOlga, Soy Agapito, y nunca habia enviado material alguno, es la primera vez. Gracias por su comentario, soy nuevo en esto, y tiene razon, debo revisar mi ortografía, puntuaciones y otras sugerencias, que Usted atinadamente me hace. Creo que comi ansias y lo escribi muy rapido, sino creo que mi pobre inspiracion hubiera desaparecido. Me gusta la rima y cada dia trato de perfeccionarla, es decir, refinarla. nuevamente gracias. Agapito Quisquinai. ps: leeré algunos cuentos publicados para tomar ideas y desde luego aprender. hasta pronto. AQ
ResponderEliminarOlga; se puede editar? AQ
ResponderEliminarOlga, otra pregunta, Se puede utilizar la rima en los cuentos? AQ
ResponderEliminarAgapito, no se puede editar, eso es parte del ejercicio. Usted lo corrige para su propio aprendizaje, nada más. Y con respecto a la pregunta sobre si se puede o no usar rima en cuentos: NO SÉ...le comentarán aquí mismo algunos de los escritores experimentados y conocedores, yo lo hago porque me gusta.
ResponderEliminarAgapito. Por común acuerdo se decidió quitar la posibilidad de edición de los cuentos. La idea es que aquí se publiquen los cuentos ya revisados por el autor y que las sugerencias recibidas o cambios posteriores, como dice Olga, sean publicados en los blogs particulares o para nuestro crecimiento personal.
ResponderEliminarBienvenido!
A.Quisquinai, desde ya todo un personaje. Leí su cuento y me sorprendio, me gusto el uso de la rima. NO HAY REGLAS FIJAS PARA ESCRIBIR. Esto quiere decir que normalmente usted puede escribir lo que se le ocurra. Lea Ulisses de James Joyce, y aparte de aprender a usar palabrotas, va entender como se escriben y en que ciercunstancias, relatos hasta sin comas ni puntos ni puntos suspencivos ni nada ni todo destruir la gramatica y la ortografia y repetir hasta el limite los errores que al final son un estilo.
ResponderEliminarBuena suerte.
lester o.