variopinto

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10:15

10:15
(Por Patricia Cortez)

Juana se levanta de la mesa con desgano, ya se fueron todos y el silencio que queda en la casa es molesto, así que enciende la radio para no sentir la soledad.

Metido como res en la camioneta, Luis piensa en el calor de las piernas de Juana sobre las suyas en la madrugada y en su aliento dulce que lo despertó con un beso, luego se le queda viendo a una muchacha guapa que le devuelve la mirada con una sonrisa y por un momento se siente envuelto en su perfume.

Juana comienza a arreglar la casa, intenta buscar un lugar para cada cosa, recoger la ropa sucia, mientras el reguetón llena la salita de cortinas rosadas con flores.

Luis ya llegó a la parada, se safa como puede de entre la gente y baja como expulsado de la camioneta, piensa que tal vez si tuviera un carrito y luego lo desecha, ya vio que Julio ha gastado más en el pichirilo de lo que él gasta en su bebé de 6 meses y además, en esta zona no hay parqueos baratos y la compañía no ofrece ese servicio a sus empleados.

Juana escucha la música y canta a todo pulmón “ya callese” le grita la vecina y tiene que admitir que no tiene una voz agradable así que cambia de emisora, allí está ese conductor que antes era gordo y ahora parece un cadáver anunciando a gritos cosas que se venden, ella no sabe que el conductor tiene hambre y alucina con una hamburguesa doble mientras vende una imagen de ídolo exitoso y guapo.

Luis toma su café mientras atiende llamadas, la gringa le dice cosas como “How can I trust you, I don’t know where you are now,”

Ha respondido que se encuentra a pocos kilómetros de su casa, sus recuerdos del centro de Los Ángeles lo han salvado más de una vez de ese tipo de personas que insiste en preguntarle que puede ver por su ventana y él siempre responde que hay una tienda de ropa y un hombre negro parado pidiendo limosna mientras toca una guitarra, justo al lado de Mc Donald’s, entonces ellas se calman y se sienten seguras de no estar hablando con un maldito sudaca en un país plagado de bananas o, mucho peor, con un Hindú de piel aceitunada.

Luis ha resuelto la duda de la mujer que le ofrece llevarle rosquillas a la oficina, alguien se las recibirá, ya sabe que usando su alias “John Meyer” ella encontrará a alguien que se llamará así en el edificio gubernamental donde se supone que trabaja.

Juana se prende del anuncio de una máquina de coser, sólo vale 300 quetzales y ella la necesita, quiere dinero para volver a comprar joyas, ropa, zapatos, eso para lo que ahora con el bebé, Luis no puede darle, pero no tiene tampoco para comprar la máquina, quiere llamar a Luis para pedirle que la compre, no se anima.

Luis sale a fumar, eso de la ley lo tiene harto, ni siquiera en el baño dejan fumar así que sale a la calle, de todas formas no tenía cigarros y pasa con chiclero de la esquina compra dos mentolados y una carterita se para en la esquina y fuma mientras mira las nalgas de una muchacha en minifalda.

Juana sigue con la máquina metida en la cabeza, la quiere, la desea… igual que Luis quiere y desea a la chica en minifalda. Al final, luego que el anuncio pasó 3 veces decide aventarse y llamar a Luis.

Luis detesta contestar en la calle, le costó mucho el black berry para perderlo a manos de un ladrón, menos cuando una linda chica lo mira con atención, pero el bebé tenía fiebre ayer y esta es una zona exclusiva de la ciudad, un área segura sin maleantes y sin mendigos.

Lo demás pasó muy rápido, Luis contesta, la chica sonríe, el chiclero se agacha, la moto se detiene Luis dice aló, la chica se voltea, Juana habla de lo maravilloso que sería tener esa máquina de coser, Luis no entiende, el tipo de la moto se acerca a Luis, Juana sigue hablando, el hombre dice dame tu blackberry, Luis se niega…disparo…la chica de la minifalda grita y Juana sigue repitiendo al aire “quiero una máquina de coser Luis”.

El locutor que antes era gordo dice “son las 10:15, que todos sean felices y logren sus objetivos”

7 comentarios:

  1. ¿A que te habías quedado trabado en el final o te desesperaste y lo cortaste? Ibas bastante bien, la parte del call center genial. Hay qué corregir algunas tildes que cambian el sentido a oraciones.

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  2. En esta no concuerdo con Quique, a mi me pareció muy bueno el final. Creo que esta tan bueno que uno se queda con ganas de más antes del final.

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  3. Comentario: Me costo un cacho entender la parte del " recuerdo del centro de Los Angeles" por momentos creí que él se encontraba ahí! ademas no pude descifrar el porque del peyorativo "sudaca" palabra que me sacó de Los Angeles y me envió a España, creo no haber comprendido la clase de trabajo que Luis realizaba. De cualquier modo la narración omnipresente, esta allí, y la unísona sucesión de acontecimientos me hizo recordar la película Babel, estuvo bastante entretenida.
    Sugerencia:---
    Crítica: ---

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  4. A mí me encantó todo, sobre todo el final; y me parece, de los que he leído, el que mejor se adapta al requisito de narrador omnisciente que todos tenían claro menos yo porque por ningún lado dice "omnisciente", pero va...
    Lo que sí es que hay muuuuuuuuuuchos problemas de gramática, sobre todo con el uso de comas. Además de ese, otros errores en que me fijé: 1. Zafar es con Z y no con S; 2. Faltan muchas tildes; 3. Lo de las cortinas con flores está redactado de forma ambigua, porque entiendo que eran cortinas rosadas que tenían flores...¿o eran flores en la sala de cortinas rosadas? 4. Entre el "canta a todo pulmón" y el "ya cállese" falta un signo y cállese lleva tilde. Hay que revisar antes, muchá.

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  5. gracias por sus comentarios y no sé si esto va a parecer algo presuntuoso.
    Este cuento me salió en unos 40 minutos. Mi actual problema con la pierna me dificulta mucho escribir en la computadora con el cuerpo medio torcido, así que no lo corregí mucho. espero que el próximo me salga mejor, pero de eso se trata no.

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  6. A mí me gustó mucho el final, porque ejemplifica cómo es que ese cambio en la "historia" de las personas puede darse en un dos por tres. Es triste.
    Me gustó también mucho la referencia a los call centers.

    Espero que estés mejor de la pierna.

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  7. A mi me gusta como la historias se entrelazan como en un trenza de pelo.

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