Un macho por ninguna parte
(Por Juan Pensamiento)
La luz, blanca y caliente. Silencio absoluto, salvo por la música: algo así como cumbia para elevador. Los labios de Lina se resbalan con firmeza premeditada, casi violencia, desde la mejilla de Angélica hasta su boca. Angélica, por supuesto, no opone resistencia. Sus pezones están tiesos como piedras. Sus lenguas calientes, más mojadas que húmedas, se revuelcan juntas a veces en la trompita de una, a veces en la de otra. Lina siente olor a champú. Angélica, pasiva, sólo se deja querer por esa boca rosa con minifalda negra y hombros al aire.
Un sútil gritito se escucha desde la garganta de Angélica cuando siente un primer beso en el cuello. Se moja, sin calzón. Del abrazo, Lina pasa luego a manosear salvajemente los enormes pechos de Angélica, libres de sostén. Las garras fucsia de Lina contrastan notoriamente con la blancura cremosa de Angélica, la aprietan, la estrujan. Angélica, medio mareada del placer. Sus chiches, todas brillantes de saliva, parecen de ese satín barato color peach de los vestidos de quinceañera.
Los dientes muerden ombligos, las piernas se van abriendo. Las lenguas prometen cuca; las cucas prometen lengua. Gemidos fuertes: cualquiera puede oír. La caricia esencial, el arte de amar, manos de uñas largas que huelen a mar, deliciosamente chiclositas; faldas enroscadas en la cintura. Enormes pelos tisados de tinte barato, sombras azules en los ojos delineados con rímel negro, algo corrido por el sudor. Triángulos púbicos enormes que se traspapelan uno con otro, espaldas que se rascan contra la pared. Besos para futuras pajas anónimas. La cámara captando la fingida fluidez.
¡Corte y queda!, grita el enano del director. ¡Bien, Lina! Ahora chúpale el culo y le metes dos dedos; ¡y chíngale, cabrona, que no tenemos todo el día!.
Muy fuerte pero muy bueno. Ha de ser un trabajo duro eso del porno. Por lo menos eso dicen.
ResponderEliminarPero de veras, el cuento muuuuy bueno. Y eso que dices que andas con bloqueo. ja!
Si este cuento escribiste para el tema cinematográfico, no quiero saber qué pusiste en el pornográfico...una cosa es segura ¡"gráfico" sí es!
ResponderEliminarHahaha, es que conforme iba leyendo me iba encachimbando mas y mas, pensando, este Juan no puede escribir de otra cosa que no sea sexo, pero llego al final y he soltado una carcajada que pa que te cuento, muy bien! Sigo riendome, de verdad, hahahahahahaha, muy muy bien
ResponderEliminarBien! Me gusta cómo siempre tus cuentos impactan. Un buen reto sería hacer uno que fuera más cotidiano, para ejercitar un poquito ese bloque que decís que tenés.
ResponderEliminar¡Gracias por leer y comentar, muchá!
ResponderEliminar@Ixmucané: ¡Debe ser pizadísimo! Sí que requiere vocación, creo...aunque en el caso de los hombres, la vocación se mide con regla. Yo escribo: con eso te digo todo
@Olga: ¡Yo no escribí cuento pornográfico y por eso aproveché para desquitarme!
@Orlo: Gracias, mano. Yo tampoco sé. Este tampoco lo tenía planeado, fue saliendo conforme escribí y sí: otra vez algo sexual. No sé si echarle la culpa a mis viejos, a mis psicólogas o de plano a la etapa seca que apenas me estoy quitando de encima...
@Quique: El de jefes trataré de alejarlo del sexo lo más posible. Habiendo estudiado derecho, sé que es mejor no mezclar esas cosas...
He estado leyendo algunos de tus cuentos pasados y el tema erótico es siempre nuclear a tu estilo, todos los que he leído los he disfrutado, sorprendido y a carcajadas exageradas he visto siempre algo novedoso en cada uno de ellos, sin embargo seguro estoy que si cambias de "núcleo" igual te iría bien, buenos trabajos, buen estilo, felicidades.
ResponderEliminarJajaja.,, sin duda Pensamiento piensa mucho en sexo, no lo culpemos... no le veo nada de malo a eso, hay lectores para todos gustos, este cuento sencillo pero chistosin... me gusta... Por otro lado, a mi el de jefes se me hace bien sexual.. no se porque jejjee
ResponderEliminar¿quién es tu jefe en la ati? ¿y en el periódico? jijijijiji (Jehová no vale como respuesta)
ResponderEliminarno es que importe, pero en realidad no creo que piense en sexo en sí todo el tiempo como parte de mi cotidianidad...lo que sí es que cuando escribo, eso sale, igual que cuando hago chistes; no sé, en el fondo siento que el sexo todavia es shockeante (ya sea de forma humorística o de forma confrontativa) y por eso me parece un recurso valioso. saber...igual pela, creo. lo que sí es que de los 10 cuentos que tengo aquí metidos, sólo 2 no tienen nada qué ver con sexo o masturbación. ¡carneeeeeeeeeeee!
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