A mi jefe I
(Por Fabiola Arrivillaga)
Querido jefe:
Perdone usted la familiaridad pero no puedo menos que decirle querido. Es todo lo que usted implica, su estampa, su rostro, su varonil y bien lograda barriga, que me encantó desde el mismo día que lo conocí, dos semanas después de mi contratación. Yo se que usted siempre me correspondió, que yo le gustaba. ¡Por eso fue siempre el trato extraño hacia mí! Si, no crea que me ofendió con las mil veces que me calló en público o que se burló de una idea mía porque yo se bien que era ocultar la verdad de sus sentimientos hacia mí. Al fin, usted estaba casado y era el jefe, no podía enredarse con una subalterna como yo, ¿verdad?.
Querido jefe, recuerdo cuánto chismorreo cuando me sacó de mi oficina y me puso en un escritorio pequeño con todos los demás. Todos me insistían en que lo demandara por despido indirecto, por bajarme de puesto era como echarme, algunos se rieron de mi sumisión y obediencia. Pero el área común estaba inmediata a su puerta y yo tenía la certeza de que por esa razón me sacó de allá, tan lejos, y me acercó a usted. Soporté con amor sus gritos y sus reclamos, con tal de seguir a su lado.
Cuando su esposa, tan distinguida y buena señora, enfermó, creí que era conveniente irme de la empresa, para no confundirlo a usted en sus sentimientos. Sin embargo, no lo hice porque pudo más mi necesidad de estar a su lado y, aunque fuera en secreto, apoyarlo y darle algún confort. Y cuando murió, todavía recuerdo bien su mirada, terminé de convencerme de su amor hacia mí, por esos ojos llenos de lágrimas que gritaban ¡Abráceme, Silvana!¡La necesito, Silvana!, mientras su boca me reclamaba las cartas mal escritas. Le confieso que muchas veces me equivoqué a propósito, para recibir sus regaños y sus gritos.
Por eso le escribo hoy, querido jefe, para decirle que después de tantos años he decidido renunciar, por fin, a este puesto para dedicarme a cuidar de mi hogar. Sí, querido jefe, ¡acepto casarme con usted!
Me gustó el final, inesperado. Creo que algunos párrafos se pueden afinar un poco más y que vale la pena porque es un buen tema para un cuento. Saludos!
ResponderEliminarDe hecho, la pobre secre-algo del jefe no era tan brillante...jajajaja. Gracias por comentar.
ResponderEliminarEste cuento me recuerda mucho una serie animada que me gustaba mucho de niña: "la gata loca". Ignacioooo jajajaja
ResponderEliminarAlguna vez intenté hacer un cuento parecido a este, en honor a la gata loca, pero no me salió. ;-)
¿Conoces la película "Secretaria"?
¿La gata loca? yo quiero recordarme más de ella....
ResponderEliminarFa: ¿Entonces él si estaba enamorado de ella?