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Tal vez es un miedo irracional

Tal vez es un miedo irracional
(Por Juan Piedrasanta)

Me miró con los ojos fríos, culpándome luego de darle la mala noticia. Parecía no entender que nada de culpa tuve.

Pero así es ella, siempre ha sido así. Creo que por ser yo el mayor, siempre me dieron los encargos. “Cuidá a tu hermana, Tomá el dinero de la refacción, abrí la puerta pero primero preguntá quién es”… supongo que ella también quería responsabilidades y como no se las dieron, generó ese resentimiento que a veces demuestra.

Me casé comenzando uno de los mejores años de mi vida, en enero de hace tres años. Quién diría que hoy, siento como que todo está por terminar. Es cierto que hemos tenido algunos problemas, aunque la mayoría han sido por ridiculeces. Nunca un problema serio. Tal vez esta pena que siento es el resultado de nuestra primera pelea real… tal vez es un miedo irracional y todo pasará.

Pero, ¿Cómo no voy a preocuparme?... si la última pelea que tuvimos fue sobre el tamaño de letra que debíamos usar para una carta… es decir, algo insignificante. De esa pelea, todo lo que recuerdo es que dije:

– Deberíamos de usar letra más grande.
– ¿Para qué? –Dijo como ofendida–
– Porque tu tía ya es mayor y no ve muy bien.
– Pero usa sus lentes para leer.
– Y si no encuentra sus lentes, mejor que la pueda leer con lentes o sin ellos.
– ¡Aahh! Mejor escríbela tú.

Y esa fue toda la pelea… que ridículo, creo que eso ni es una pelea.
Lo peor de todo es que mi hermana es su mejor amiga desde la primaria, creo que esa es otra razón para verme con esos ojos acusadores.

Tocan el timbre. Seguro que es ella… espero que mi hermanita sepa que hacer y de que lado ponerse.

Ella entró llorando, corrieron juntas al cuarto de mi hermana, mientras tanto, yo sólo escucho murmullos, llantos y alguna que otra palabra que logro entender.
Ya me imagino lo que me espera en los próximos diez minutos… tener que escucharlas a ambas reclamando y teniendo que abandonar mi posición de razón para pedir perdón. Eso si, nunca voy a regresar por un consejo de mi hermana, para eso mejor me voy a un bar o algo por el estilo.

De pronto salen del cuarto, yo comienzo a repasar mis respuestas.

Sorpresivamente, Daphe (mi esposa), corre con la carra llena de lágrimas, viene a abrazarme y a decirme en el oído que se siente mal por haberme hecho pasar por estos momentos, que nunca sucederá de nuevo. Al verla llorar así y escuchar sus palabras, mis defensas se caen, con ternura suaviza y bota el muro de defensa que quise colocar… la abrazo, le digo que la amo como ella no alcanza a imaginar. Veo a mi hermana, le sonrío y ella guiña el ojo.

Lección aprendida… de ahora en adelante, cuando Daphne quiera llevar paraguas, aunque el día esté soleado, ya no discutiré con ella.

4 comentarios:

  1. Comentario: Se puede aplicar a este cuento, el viejo adagio " no te preocupes por un futuro que quizá no vas a ver". Por otro lado, fue muy noble de parte del esposo renunciar a su criterio en pro de la paz, es decir que, lo obtuso de su esposa amordazo su libre expresión.
    Crítica: ---
    Sugerencia: ---

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  2. Creo que puedo ver que lo inusual del tema Omnipresente desgastó mucho del tiempo creativo en detrimento del que se usa para plasmarlo en blanco y negro.

    Creo que hay algo allí, hay uno o varios temas que se quieren desarrollar pero no se logran.

    Falta emoción, ese "Sorpresivamente" en el penúltimo párrafo no se siente, no hay sorpresa. Obviamente se buscaba amarrar el segundo párrafo con este pero como el primero no se logra desarrollar, no se concatena.

    Se puede desarrollar un cuento desde el tema de una hermana "resentida" o un tema desde "discusiones que nacen de la nada". ¿No se si me explico?. Pero como está, no veo clara la idea.

    Mi consejo es que lo retomes y lo sigas masticando, puliendo.

    Como siempre, con cariño.

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  3. Bueno, si nos vamos a que el narrador debía de ser omnipresente (omnisciente), este cuento no entra en la categoría. Los primeros párrafos hasta el diálogo hay algo que se me hace repetitivo, creo que se repite "pelea" muchas veces (buscá sinónimos). En "– ¿Para qué? –Dijo como ofendida–" no es necesario ese guión del final porque se cierra la oración, cambia el interlocutor y se abre en la siguiente línea con otro guión.

    El cuento empieza con "Me miró con los ojos fríos, culpándome luego de darle la mala noticia. Parecía no entender que nada de culpa tuve." No entendí cuál era esa mala noticia. Esta idea creo que no se desarrolló en el cuerpo del cuento y queda sola. Podría bien quitarse si no se desarrolla.

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  4. El primer párrafo me pareció genial, pero me prometió algo que nunca llegó...

    No entiendo la relación del cuento con el tema propuesto. No leo al narrador omnisciente ni tampoco alguna otra forma de entender la palabra omnipresente; igual, esto es sólo duda mía porque al final de cuentas ese enfoque queda a criterio del autor.

    Sinceramente, el cuento no me satisfizo ni me dio curiosidad volverlo a leer para tratar de entender qué pasó.

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